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Después de largo tiempo, obtuvo el coraje de mirarse al espejo. En apenas un segundo, la tristeza invadió su corazón al contemplar que aquella risueña y dicharachera chiquilla de ilusa mirada había desaparecido; un rostro entumecido por las tinieblas de su alma ocupaba su lugar.

Cerró los ojos fuertemente mientras una lágrima rodaba por su rosada mejilla. Desearía que todo fuera como antaño, y que aquel fatídico día sucedido años atrás no se hubiera presentado jamás.

Sus ojos eran presionados con mayor intensidad, las lágrimas fluían por su faz y miles de recuerdos revivían en su interior. Cabe mencionar, que la imagen de aquel rostro fue la llave que abrió la cerradura de la puerta que escondía tras de sí todos aquellos sentimientos, recuerdos y sensaciones guardadas en un recóndito de su corazón. Sentimientos ahora pesadumbrosos causados por felices recuerdos los cuales la mágica nostalgia tenía el honor de acompañar y una triste sensación de derrota ante la melancolía que lentamente corroía su interior.

Naomi Cavalli
08/2015

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