LUST.

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Llegar tarde del trabajo era tan agotador todos los días, la misma rutina de siempre, lo único que hacía feliz a NamJoon era el hecho de que al llegar a casa su novio le recibiría, ¿Cómo no encantarse con ello?
Esa sonrisa tan jodidamente encantadora, la cuál no podía escapar ni un segundo de su mente, la única diferencia de esa noche, fue que después de trabajar se quedó de ver en un bar con sus amigos, entre bebidas y cigarrillos, se le había subido un poco todo aquello a la cabeza.

Se podía decir que aún se mantenía consciente, o algo así, ya que llegó como pudo hasta su casa en la que le esperaba SeokJin, el cuál incluso al ver su estado lo recibió de buena manera, vaya que aquella sonrisa era mágica, podía desaparecer todos los problemas, el estrés y el cansancio de NamJoon en un solo instante.

-Joder... Te ves tan sexy.

Murmuró apenas dejando su mochila en el suelo, dónde se encontraban sus cosas, NamJoon llevaba sus libretas dónde hacía apuntes de sus canciones, lo normal de un compositor; pronto, se encontró ya tomando a su mayor de la cintura no evitando la tentación de devorar sus labios, al principio un movimiento suave, Jin no se negó, y colocó sus puños apretando de ellos en la altura de los hombros de Nam.

Sonrió ladino, cerrando la puerta tras suyo con ayuda de su pie y se retiró los zapatos, caminando lentamente hasta apoyar la espalda de su pareja sobre la pared.

-NamJoon, estás ebrio.

Repuso su pareja, como si eso le importara a NamJoon, llevó sus manos debajo de la camiseta de pijama que usaba el contrario, buscando la forma de retirar de esta a la fuerza y tan solo la dejó caer al suelo.

Sus labios bajaron desde la barbilla de su amado poco a poco recorriendo todo su cuello, haciendo succiones sobre su tan blanca y suave piel, joder era tan perfecto.

- I'll make you mine tonight, my princess.

Susurró seductoramente llevando sus labios hasta la oreja del mayor, intentando provocarle lo más que podía.

-Daddy knows it... I'm already yours.

Esa tan sexy voz le hacía enloquecer y más la manera en la que formulaba cada palabra por más simple que pareciera, le tenía tantas ganas, ya quería adueñarse de su cuerpo completamente, pero a Jin también le encantaba jugar.

Eso no era ningún inconveniente, a excepción de que su bóxer comenzaba a molestar.

De una manera un tanto desesperada, ambos retiraron toda prenda que les impedía estar piel a piel, tanto sus manos como las ajenas iban recorriendo cada milímetro de su cuerpo, mientras sus labios estaban extasiados en su pasional beso.

-Oh, princess... Daddy necesita ayuda.

Dio un especie de gruñido, mordiendo con fuerza el grueso y dulce labio inferior de su pareja.

-Mhm, Daddy dígame qué quiere que haga, quiero escucharlo salir de sus labios...

Jin dirigió una mirada totalmente inocente, como si en realidad no supiera que era lo que debía hacer.
Cosa que hasta ni él mismo se lo creía, aquel juego entre ambos solía ser bastante normal, y por alguna razón mantenía la pasión entre la pareja.

-Vamos, amor... Suck it.

Dijo el moreno suspirando suavemente, realmente estaba expectante de lo que su pareja haría, tan solo le vio que se colocó de rodillas frente a la pelvis de su menor; luego su mano fue lentamente por toda su virilidad teniéndose por breves momentos en su glande para jugar con éste con su pulgar, moviéndolo de manera circular en esa zona antes de acercar sus labios y dejar un pequeño beso para posteriormente pasar su lengua ahí.

Suck it, princess. [NamJin One Shot]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora