BNHA: »Escape« || Tododeku || One-Shot

»Escape« ||Capítulo Único||

Era un amor tan bonito.

Un amor como nunca antes visto.

Dicen que los polos opuestos se atraen.

Pero Izuku Midoriya nunca tomó en cuenta cuán opuestos eran Todoroki Shouto y él.

Su relación fue la tercera de su clase.

Primero los indiscretos Iida Tenya y Uraraka Ochako, quiénes dieron a saber su relación al verse tan acaramelados y juntos en los recesos.

Mandándose notas en plena clase. Cabe la redundancia siendo esto estrictamente prohibido, y siendo Iida consciente de esto. A veces, valía romper un par de reglas por amor.

Quienes siguieron fueron los celosos y problemáticos Kirishima Eijirou y Bakugou Katsuki.

Al parecer, Katsuki no logró soportar los celos al ver la cercanía que tenía su amigo del Quirk eléctrico con su novio, declarándolo así como a su propiedad y llevándoselo del aula en plena clase.

Claro estuvo que después de eso estuvieron castigados después de clases, quedándose a limpiar su aula.

Sin embargo, sus compañeros quisieron ahorrarse los detalles de esas típicas tardes de castigo.

Los terceros fueron Izuku Midoriya y Todoroki Shouto, los jóvenes indecisos y temerosos.

Ambos decidieron dar a saber que estaban saliendo desde a mediados de su segundo año de Academia en un pequeño compartir e intercambio de regalo que se organizó en su salón.

Lo único que pudo extrañar a Midoriya fue que esto se debió por un pedido de su novio. Al empezar a salir pensó que al bicolor le gustaría mantener su relación en secreto, grade fue su sorpresa cuando le propuso hacerlo oficial por completo.

Pero claro, no era como si esto le molestara.

Fue una declaración bastante enternecedora como divertida, claro que era más que obvio como terminaría.

Con un Izuku rodeado de preguntas acusadoras por haberlo ocultado, y un Shouto llevándoselo como a saco de papas. Le molestaba la demasiada cercanía que tenían con Deku, a pesar de ser la razón la curiosidad por su relación.

Después de aquello, nada cambió.

Su relación era una de las más envidiables como también una de las más soñadas.

Eran una pareja tan única.

Tan real.

Ellos eran consientes de cuán verdadero era ese amor.

Cada beso, cada gesto, cada halago y cada caricia era sincera. No hacía falta fingir amor si a ellos les sobraba.

«Izuku» Lo llamó el bicolor.

«¿Qué sucede, Shouto?» Preguntó su pareja mientras ambos avanzaban en plena noche de invierno por un parque cerca de la casa del pecoso.

«Te compré algo...» El joven heterocromatico empezó a buscar entre sus bolsillos un poco, al parecer estaba más nervioso que cuando lo había practicado con su madre.