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Namjoon sostenía un grueso libro con una sola mano y sus piernas cruzadas, su concentración al leer le cambiaba el rostro, le hacía ver más inteligente de lo que ya era y su expresión seria lo convertía en algo más atractivo de lo normal. Se había tomado el tiempo de descanso en dedicarse a la lectura, los demás miembros seguramente se dirigían a tomar algo en este momento o simplemente a disfrutar el soleado día que se les había regalado; a cuestión de Seokjin, quien nuevamente se encontraba expandido en el suelo del salón de prácticas.
"No lo entiendo"
Sus repentinos murmuros provocaron a su compañero distraerse de sus asuntos volteando la mirada hacia él con cierta confusión. Su forma de mirarlo bastó para hacer entender al mayor que no comprendía a que se refería
"¿Cómo lo hacen?"
Preguntó con cierto tono de tristeza en su voz
"¿Cómo logran coordinarse y verse tan bien en los pasos?"
Repitió siendo más claro esta vez. Namjoon sonrió.
"¿Sigues con eso?, tu te mueves por mucho mejor que yo, así que para de pedirme consejos cuando lo sabes perfectamente"
Contestó cortante volviéndose a su lectura. Seokjin hizo un puchero y se estiró en el suelo haciendo un tipo de berrinche. Namjoon levantó instintivamente su cabeza al escucharlo y una leve sonrisa apareció nuevamente en su rostro acompañado de risas casi inaudibles.
"¿Qué es tan divertido?"
Se levantó de su posición y se acercó hacia él, quien ya había perdido toda la concentración en lo que leía y evitaba al chico que le ponía los pelos de punta al estar a una distancia no acostumbrada.
Soltó un suspiro nervioso para acto seguido conectar miradas con su mayor, quien sorprendido por su mirada fija no pudo evitar un pequeño sonrojo. A Namjoon se le dibujó esa tímida y tierna sonrisa de lado a lado sin quitar los ojos de su adorado hyung. Apartó finalmente la mirada y dejó su libro en el pequeño tocador de al lado.
"¿Por qué eres tan lindo?"
Seokjin se quedó petrificado, nunca sabía la manera de reaccionar ante los comentarios que su pareja hacía sobre su persona, siempre se quedaba callado o decía una broma para hacer su ambiente más cómodo. Él lo conocía, podría decir que lo conocía más que nadie en el grupo en todos los sentidos, sabía que era una persona hermosa por dentro así como por fuera. Aún así este no pudo evitar aumentar su sonrojo con la repentina pregunta.
El menor al no obtener respuesta separó sus piernas simultáneamente dejando un espacio perfecto para su novio.
"Siéntate"
Pidió con una sonrisa todavía ocasionando al mayor un escalofrío por todo el cuerpo al oir esas palabras.
"¿P-Para qué?"
"Quiero abrazarte"
Sacudió la cabeza y miró lo que le ofrecía su querido novio, sin embargo rechazó la oferta, nuevamente se dio la vuelta caminando hacia el enorme espejo dejando de espaldas al menor; no le había causado enojo, claro que no, el chico solo le pedía un abrazo, pero por más inútil que fuera siempre trataba de ocultar su timidez de alguna forma. Namjoon dio un suspiro triste y se levantó dispuesto a salir del salón. Él sabía perfectamente que la respuesta sería la misma, intentarlo de nuevo no cambiaría nada.
"Espera"
Pronunció las letras con tartamudéz inseguro viendo la situación en que se encontraba. Sorprendiéndolo tomó su mano antes de que este pudiera salir del cuarto, dirigiéndolo a su asiento nuevamente, el moreno sorprendido por sus movimientos sabía que lo correcto era dejarse llevar. Después de unos segundos de silencio Namjoon le jaló la mano haciendo que este casi cayera encima; después una sonrisa de triunfo apareció una vez más. Solo pocos centímetros los separaban de cara a cara lo cual les ocasionaba a ambos sonrojarse mientras sus corazones latían más rápido cada segundo. Sus respiraciones se juntaban y lo único en que sus miradas estaban fijas era en los ojos del otro. Podían sentir la tensión en la habitación que ahora estaba en completo silencio; las manos de ambos temblorosas por el tiempo que había pasado desde que no habían tenido contacto.

Instintivamente el mayor cerró sus ojos al sentir los labios del otro unirse con los suyos. Aumentó aún más su gran sonrojo cuando decidió sentarse en las piernas de su novio para tener apoyo. En esa posición entonces, pasaron minutos y ambos perdían la noción del tiempo estando centrados en ellos y solo en ellos, solos en su propio mundo juntos.
Los besos castos pararon por un momento, dejando así solo que se escucharan las respiraciones algo aceleradas de ambos en toda la habitación. Se miraban a los ojos y volvían a sonrojarse. Era como un ciclo vicioso que a pesar de llevar tanto tiempo juntos no podían controlar. El menor rodeó al otro por la cintura y este le correspondió el abrazo, quedándose así por unos segundos más. En segundo acto salió del espacio entre el cuello y hombros angostos de su mayor para dirigirse a sus clavículas, dejando allí marcas territoriales, el otro solo ladeaba la cabeza disfrutando la sensación. El moreno tomó al chico con una mano por la retaguardia y la otra la fue acercando lentamente hacia el pantalón del otro tomando su miembro para comenzar a complacerlo con lentitud mientras escuchaba los cada vez más altos jadeos que le motivaban a hacerlo más rápido. Pero este no se la dejaba fácil, comenzó a moverse de un lado a otro encima de él ocasionando que también gimiera, lo cual le causaba satisfacción a ambos.
"V-vamos a otro lado"
El más alto detuvo sus movimientos y en la posición que estaban se levantó con él en brazos. Caminó por el pasillo, que por suerte quedaba cerca de su habitación, sin que nadie los viera, una vez allí, aseguró la puerta y delicadamente recostó al mayor en su cama, colocándose rápidamente encima.
Prosiguió con satisfacer al chico que se aferraba a las mantas aumentando la sonoridad de sus suspiros hasta llegar a su límite.
El moreno plantó un beso más profundo en sus labios mientras introducía uno de sus dedos en la cavidad anal del pelinegro, quien soltaba jadeos por el acto que se desvanecían en la boca de su novio.
Dos.
Tres.
Cuando llegó a la última cifra notó que estaba listo, masajeó dentro de él sacando gemidos agudos con esa voz suya que al más chico tanto le encantaba antes de sacarlos y seguir a prepararse a él mismo.
Habían durado semanas sin poder tener contacto ya que todo había sido practicas y presentaciones en vivo, para ellos era mucho el tiempo que había transcurrido sin tener tiempo a solas para darse amor.
Entró suavemente pero pasó a ser rápido ocasionando gritos ahogados y espasmos a su novio quien por inercia, enrolló sus brazos en el cuello del otro, escondiendo su cabeza entre su hombro.
"Eres precioso"
Comenzaba a aumentar la fuerza de cada embestida causando más placer que sufrimiento a su hyung, quien también aumentaba el volumen de los gemidos que apenas trataba controlar.
Al menor le causaba ternura ver a su chico mordiendo el cuello de el suéter púrpura que llevaba mientras jalaba de las sábanas y dejaba ver su frente con cabellos oscuros empapados, donde le plantaba cortos besos de vez en cuando. Lo que le ponía aún más feliz era el saber que él era el responsable de tener tal escenario que nadie más podría nunca ver.
Seokjin se apretaba mientras sentía las manos de el otro recorrer su cintura una y otra vez para luego acariciar su ancho pecho debajo de la prenda pellizcando sus pezones delicadamente logrando que este se encorvase hacia atrás seguido de escalofríos por todo su cuerpo.
La habitación se llenaba de respiraciones agitadas y jadeos hasta que el menor sintió que estaba cerca. Tomó una vez más el pene de Seokjin masturbándolo al ritmo de sus embestidas, fue cuando este comenzó a gemir más fuerte dando a entender que también estaba a punto de llegar.
Ambos se corrieron al mismo tiempo, una vez acabado, Namjoon salió del interior del pelinegro para después lanzarse a sus labios, que estaban hinchados de tanto que se mordía. Exhaustos, se recostaron en la cama matrimonial, después limpiarían todo, pues estaban completamente cansados luego de otro largo día; en especial el más chico, que cayó dormido mientras acariciaba las caderas de Seokjin, quien permanecía inmóvil por un poco de ardor que le había ocasionado. Ladeó la cabeza hacia arriba para ver a su novio, le sorprendió como alguien que a primera vista se veía tan inocente le había hecho sentir tantos tipos de cosas. Permaneció con la mirada clavada en él durante un rato.
Era cierto, tal vez no fuese la persona más perfecta en todo el mundo, tenía sus defectos, así como todos los tienen. Pero eso sí, lo era en el suyo, en el mundo de Seokjin, Namjoon era el chico más tierno, amable, inteligente, simpático y con muchas más virtudes que había conocido a lo largo de su vida. Le encantaba la manera en que reaccionaba a las cosas, fueran buenas, poniéndose contento como un niño, o malas, mostrando siempre actitudes positivas ante lo que se viera tan oscuro, que tal vez no tuviera solución, pero a él y a su actitud tan positiva lo admiraba mucho. Lo amaba, y amaba su relación, el como se querían uno al otro tal como eran a pesar de sus diferencias. Era su mayor, y lo protegería sabiendo que él haría lo mismo. Fue a ese chico al que tanto adoraba lo último que vio antes de caer en un profundo sueño junto a él.

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sit ❁ NamJinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora