MONSTER ✧ MINHWAN

MONSTER

Observa con recelo la ventana, no debía estar asustado ¿Por qué estarlo? Es sólo una noche normal, una noche de total oscuridad, pero una normal.

Se lleva las mantas hacia su cara, casi cubriendo su nariz y observando por sobre estas hacia el otro extremo de la habitación. Está asustado, muchas películas de terror le tienen la cabeza hecha un lío.

— Debería sólo dormir— susurra mientras se acurruca de forma incómoda -pero segura- en la cama.

Cierra sus ojos y siente el sueño vencerle, nada malo podría pasar esa noche. Jaehwan duerme tranquilo, sin darse cuenta del par de ojos que lo observan desde la ventana que descuidó. Aquellos ojos lo miran con deseo, hambre, necesidad, es de esas miradas que te congelan el alma, mas no es noche de lograr su cometido. Sólo espera entre las sombras que le ofrece el cielo.

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— ¡No, suéltame!

Le duele, el agarre del más alto le quema la piel. Se siente débil, sus piernas flaquean, no puede gritar más, está perdido.

Lleva sus ojos hacia los del más alto por última vez, queda perdido en ellos ¿Era a caso real tener ese color? Siente sus mejillas calentarse rápidamente, contiene la respiración y sumisamente ofrece su cuello. Observa hacia la pared mientras siente la nariz del más alto olisqueando su piel sensible, suspira, eso se sentía bien.

— Una vez mordido, no puedes escapar. Serás un monstruo, tal y como yo.

Siente los dientes ahí, tan superficial y aún así doloroso. Gime con desesperación, sus manos se entierran en los hombros del mayor mientras intenta alejarlo -aunque sus pensamientos son completamente sobre querer aquellos dientes mucho más profundos-.

— Aún puedes escapar, Jaehwan.

Sale de su trance, ¿Estuvo a punto de convertirse en un vampiro?

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Intervalo de sueños, horas, tic tac, tic tac, sus ojeras, los bostezos. No puede volver a dormir, no puede volver a aquel sueño terrible.

Cierra sus ojos, comienza a recordar la imagen del monstruo. Era alto, delgado, su piel pálida y cabellos negros; sus labios algo rojizos y parecían suaves, sus dientes relucientes y dos colmillos sobresaliendo por sus comisuras, aquel cabello desordenado que le hacía lucir varonil y sus ojos, esos que le obligan a obedecer sumisamente cada cosa que él quiera.

— ¿Qué rayos era eso?

Su corazón latía fuerte, aún dormido él sabía que su corazón estaba latiendo fuerte. Intenta recordar por qué, pero no hay explicación; él actuó sumiso sólo con ver esos ojos color café, tan hipnotizado, tan idiota.

El placer que sintió al ser superficialmente mordido, eso lo recuerda perfectamente. El gemido que salió de sus labios, estancado en su garganta, deseando más.

Suelta un bostezo, vuelve a caer dormido.

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— ¿Q-qué eres?

— Podría ser tu peor pesadilla, tu fantasía, soy tú, o podría simplemente no ser nadie.

Jaehwan cubre sus ojos con sus manos, no ve nada, pero la hipnosis de los ojos no sirve si no los ve ¿No?

Es rápidamente acorralado contra la pared de su habitación. Su mano derecha viaja hacia el pecho del más pálido, intenta alejarlo, es imposible.

— Minhyun, me llamo Minhyun— escucha los susurros, seguido de cosquillas en su cuello.

Jadea.

Su mano izquierda abandona sus ojos y luego guía su vista hacia "Minhyun". Sus cabellos negros desordenados son lo primero en su campo de visión, cierra los ojos débil al sentir la nariz de este rozando parte sensible de su cuello.

— ¿Jaehwan?

— ¿Sí?

El supuesto vampiro alza la vista, choca sus ojos con los de Jaehwan y sonríe.

Pasa rápido, fusionan sus labios con desespero y rapidez. Ambos necesitados, con ganas de más y más, Minhyun toma por las caderas al menor, recibe un jadeo de respuesta, sonríe entre el beso.

Quizás aquellos sueños son más que fantasía, Jaehwan se pregunta si al despertar olvidará aquel placer.

— Si te muerdo ahora no tendrás que decirme adiós.

Siente placer, ¡si que lo siente!. Se deja estar, siente los dientes de forma definitiva, comienza a gemir con desespero y luego ya no ve nada más.

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Abre sus ojos, otro mal sueño. Se reprende mentalmente, debía dejar de pensar en aquel vampiro que aparece en aquel mundo de fantasía en su mente.

Baja hacia el baño, se siente un poco mareado. Enciende la luz después de tocar la pared buscando el interruptor, el espejo justo en frente suyo lo sobresalta, decide pasar de él y dedicarse a orinar.

— ¡Ah!

Lleva su mano a su cuello, un dolor punzante se hace presente. Sube sus pantalones mientras se queja, lava sus manos y moja su cara; se observa al espejo.

Vaya sorpresa.

— Bienvenido, Jaehwan— siente aquella respiración en su cuello, tan vívida ahora.

Y para cuándo quiere correr, ya es hipnotizado por aquellos ojos y sus labios están a merced de aquel vampiro.

Jaehwan solía ser sólido, ahora no es más que agua.

[ Written by; -dixlexxic- ]