Harry era tan solo un jovencito de dieciséis años, tímido con casi toda la gente que conocía, sobretodo con los hombres, se ponía nervioso cada vez que algún varón sexy se le acercaba, no lograba controlar ni su respiración. Sí, Harry era homosexual.
Vivía con sus padres en un pequeño departamento moderno, y al rizado no le fataba absolutamente nada. O bueno, sí.
Había terminado con su primer gran amor Joseph, y su corazón ya no era el msmo de antes. Pudo superar la ruptura al cabo de siete meses, menos mal.
El ojiverde aún era virgen, a pesar de que la relación amorosa con su ex, tuvo una duración de casi tres años.
El cuerpo de Harry había cambiado, al igual que sus hormonas. ¿Qué quiere decir eso? Es decir, los deseos del ojiverde ya no eran los mismos que cuando era un niño... Ahora todo lo veía desde otro punto de vista.
Aquel día, el menor se encontraba en un chat anónimo solo para hombres gays; bueno, si tú querías ponías tu nombre y nada más. Harry había iniciado una conversación con Liam, otro jóven gay, cuatro años mayor que él que vivía en su misma ciudad y en un distrito cercano al suyo.
Tuvieron una conversación caliente, hablando de sexo la mayoría del rato. Eso fue suficiente para que Harry se comience a calentar, y desee tener su primera relación sexual con alguien. No pensó, en ese momento quería tener sexo por placer y no por amor, a pesar de que su virginidad una de las cosas más importantes que tenía.
Liam: ¿Te parece si quedamos en la plaza comercial?
Harry: ¿Y de ahí a dónde nos vamos?
Liam: A un hotel cercano, ¿qué dices?
Harry: Está bien.
Liam: Te espero, salgo en cinco minutos.
Antes de que Liam salga del chat, le dejó su número al menor, para que Harry, a la hora de llegar, pudiera contactarlo.
El rizado apagó la laptop y buscó en su closet sus pitillos negros, una camisa blanca que se la cerró a medias y unos botines de cuero. Cepilló su cabello rizado perfecto y después de echarse perfume, salió de su habitación.
- ¿A dónde vas tan guapo? - Preguntó su madre.
- Eh... Estoy normal má.
- Si tú lo dices. - Dijo Anne. - ¿A qué hora vuelves a casa?
- Temprano, antes de que oscurezca, eso creo. Yo te llamo.
- Está bien hijo.
El rizado se despidió de su madre y salió del edificio lo más rápido posible. Tomó un taxi hasta la plaza y al llegar, llamó a Liam, quien lo estaba esperando en los baños. Harry conforme caminaba hacia el sitio indicado, sus nervios se aumentaban cada vez más. Tranquilamente podía dejarlo plantado y nunca más saber de él, cambiar de teléfono y desaparecer de su vida. Pero... Él quería perder su virginidad, de verdad quería tener su primera relación sexual.
- ¿Harry?
- Sí... Soy yo.
Liam era completamente distinto a como Harry se lo imaginó. Se veía todo un hombre, con un cuerpo bien trabajado. Pero... Apenas lo conocía. ¿Realmente estaba seguro de tener sexo con él?
- ¿Nos vamos a otro lado? - Preguntó Harry, tímido.
- No, no puedo esperar más.
Harry bajó la mirada hacia sus pantalones jeans, y vio su erección. El mayor tomó de la muñeca a Harry y lo condujo hacia el interior de los baños. Se metieron desesperadamente a uno de los cubículos y comenzaron los besos rápidos y las caricias ansiosas.
Liam le arrancó la camisa al rizado y dejó al descubierto su torso, que no estaba formado aún por su corta edad. Tomó la mano de Harry y la llevó hasta su entrepierna, obligándolo a que lo acaricie. Bajó sus pantalones con fuerza luego de desabrocharlos y acarició la entrepierna del menor por encima de la tela, mientras seguía besando su piel desnuda algo erizada.
Harry arqueaba su espalda mientras sentía las caricias del mayor, tiraba su cabeza hacia atrás y soltaba gemidos de placer que provocaban más al mayor.
Liam soltó al rizado un momento, se quitó la remera y sus jeans, bajó sus boxers y dejó al descubierto su miembro erecto. Sacó un condón del bolsillo de sus jeans y se lo colocó. Le quitó la ropa interior al menor y comenzó a masturbar su miembro, haciéndolo jadear al menor. Antes de que logre correrse, subió a Harry al inodoro con la tapa abajo y lo tomó de las piernas, enrollando sus piernas alrededor de la cintura del mayor, quien lo apoyó contra la pared para hacer más fácil el acto sexual.
- No sabes cuanto quiero follarte.
Mientras sostenía a Harry, como pudo, preparó al menor para el acto. Al introducir el primer dedo en su entrada, Liam pudo observar la cara de dolor que puso Harry.
- Estás muy apretado, eres virgen ¿verdad? - Preguntó Liam.
- S-s-s-sí - Dijo entre gemidos el rizado, con los ojos cerrados, hundiendo la cara en el hombro de Liam.
- Será un gusto quitarte tu virginidad.
El ojimiel introdujo un segundo dedo y finalmente el tercero. Sabía qué hacer con los chicos que eran vírgenes, y como prepararlos para el primer acto sexual.
En cuanto introdujo su miembro en su entrada, lentamente, Harry clavó sus uñas en la espalda del castaño, pidiéndole que por favor salga de él. Le estaba doliendo muchísimo, pero fue cuestión de que Liam lo acostumbre y pueda ir con un poco más de velocidad.
- Tendré cuidado en esto.
Comenzó a embestirlo cada vez más fuerte, las caderas del menor chocaban contra la pared y Harry enrollaba sus brazos alrededor de su cuello y conforme el dolor fue desapareciendo, los gemidos de placer aumentaban cada vez más. Para ser su primera vez, no le había ido nada mal.
- Me corro... Me corro Harry...
Liam bajó el cuerpo de Harry y el menor se arrodilló.
- Córrete en mi cara. - Ordenó Harry.
Liam comenzó a masturbar su miembro con fuerzas y después de unos segundos, los chorros de semen se esparcieron por la cara del menor, mientras que Liam acabó exhausto.
El mayor se sentó en el suelo y ayudó a Harry a que se corra, masturbó su miembro con mucha fuerza y con una velocidad increíble. Mientras lo masturbaba, le decía al oído las cosas sucias que le había escrito en chat, algo que ayudó al menor para que se corra en la mano de Liam.
- Esto fue increíble. - Dijo Liam.
Ambos limpiaron los restos de semen de sus cuerpos, se vistieron de nuevo y salieron de los baños de la plaza.
- ¿Te llamo la próxima semana? - Preguntó Liam.
- Si quieres. - Respondió Harry.
- Eres toda una perrita. - Dijo Liam. - Me encantas. - Esto último, se lo susurró al oído.
Se despidieron y Harry volvió a casa. Había conseguido lo que quería, perdió su virginidad con una persona que no amaba y que ni siquiera conocía su apellido.
Nunca más se conectó al chat, y las llamadas que recibió de Liam nunca fueron contestadas.
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One Direction-One Shots.
Подростковая литератураEstos One-shots no me pertenecen,en cada uno de ellos les dare el credito a las autoras(: <3.