Sturgeon fall

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Si alguien conoce exactamente cada palmo de Sturgeon falls esa es Vryty. Todas las ciudades tenían alguien como ella, cruel, escurridiza y con oídos en todas partes, pero la araña de Sturgeon falls era peor.

A nadie le extrañaba esa afirmación, ya que Sturgeon era la ciudad del crimen y la ilegalidad.

Sólo la gente más desesperada acudía a ella, los precios por un favor suyo eran demasiado grandes para poder pagarlo en una sola vida. O en 10.

Dinna sabía todo eso, pero aún así decidió ir a ver a Vryty. Caminaba por los callejones oscuros, intentando pasar desapercibida y sin conseguirlo realmente, su cabellera azul llamaba bastante la atención de cualquiera. Eso y el hecho de que su altura era de 2,19 m.

Llegó a "la gata azul" y entro en el establecimiento. Dentro había un centenar de adolescentes borrachos y probablemente drogados que bailaban demasiado cerca el uno del otro.

Todo eso es una tonteria, pensó Dinna, ¿Para que quiero yo bailar? Aunque sería una buena oportunidad de robar carteras.

Claro que, no le dio mucho tiempo más reflexionar, dos hombres que eran casi tan altos como ella la agarraron, uno por cada brazo.

–Pediste hablar con ella. ¿Me equivoco?-susurra el hombre de la derecha a Dinna.

No esperaron su respuesta, la arrastraron hasta las escaleras y subieron. Pisos y pisos. Tantos que sus piernas empezaron a adormecerse.

Cuando pensaba que ya no podría más, los dos matones se pararon y señalaron la única habitación de ese piso. La empujaron un poco, Dinna con su agilidad habitual tropezó. Genial, una buena manera​ de dar buena impresión.

Abrió la puerta y entró en la habitación. Estava a oscuras casi y una mujer con un paño en los ojos se movió ligeramente.

–La hija de Gerr y Seth. Tienes la altura de tu padre pero no su carisma y la torpeza de tu madre pero dudo que tengas su don, ellos me vinieron a ver hace 3 años. Me pidieron que te escondiera en un lugar donde nadie te encontrara-se quita el paño de los ojos y se levanta, mirándola fijamente

Una mujer mayor, con unos ojos rojos e irritados miran a Dinna enfadados. En ellos sólo puede ver sus ganas por retorcer su cuello, cosa que no da precisamente esperanzas a la chica.

–Estás enferma–comentó Dinna, intentando conseguir tiempo. No sabe cómo hablar con una mujer como Vryty sin salir escaldada. De hecho eso era altamente improbable.

La mujer no dice nada, simplemente mira a Dinna esperando.

–Necesito un favor.

–Sabes que yo no ayudo a nadie gratis–dice la anciana, mirando con un poco de desprecio los desperpajos que Dinna lleva como ropa-y dudo que tengas nada que ofrecerme.

Ese era el momento, no podía desaprovechar esa oportunidad.

–Estás enferma–repitió–pero no como piensas. No es "la enfermedad".

La mujer, que se estaba empezando a aburrir de la niña con cuerpo de gigante, recuperó rápidamente todo el interés. Probablemente era una mentira más, pero también había una posibilidad, por pequeña que fuera, de que ella digiera la verdad. Y eso daba a Vryty algo que no se podía comprar ni con todo su dinero e influencia: esperanza.

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⏰ Última actualización: Oct 25, 2017 ⏰

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