El Nuevo elegido

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Los gritos se escuchaban desde el salón principal donde se encontraban  los esclavos. El sultán gritaba enfurecido junto con ruido de gritos, golpes y suplicas. Al cabo de unos minutos,  los  dos guardias de la alcoba del sultán  llevaron a rastras al chico rubio mientras gritaba y maldecía. 

—¿Qué le sucedió a Yuri?  —pregunto el Yuri japonés a uno de los concubinos.

—Ah tu eres el otro Yuuri ,el pequeño ruso  ha sido llevado a los calabozos , insulto a su majestad y ahora tendrá que pagar el precio por ello —respondió Chris quien miraba la situación con expresión preocupada. 

JJ ,al contrario, tenia la misma  expresión de emoción que usaba cuando golpeaba con su látigo. Aquello preocupo al japonés, no podía significar nada bueno " ¿acaso seria el final de Yuri?", pensó.  La verdad, aquel muchacho no le caía del todo bien, siempre insultaba a todo aquel que se le cruzaba, era como si odiara el mundo. Al principio Yuuri trato de ser comprensivo, después de todo , ellos estaban en la misma situación. Pero a la larga el comportamiento del rubio le pareció demasiado imprudente, si de verdad querían escapar de allí, pensó Yuuri, debía tratar de pesar desapercibido. 

—Sera ejecutado?  —volvía a preguntar ,esta vez el que volteo para contestarle era JJ, lo miro de arriba a abajo, como hacia siempre que le preguntaban cualquier cosa. 

— Lo castigaran encerrándolo unos días en el calabozo ,luego su majestad decidirá su destino. Por su crimen es muy probable le corten la cabeza. El idiota interrumpió al Sultán mientras  se encontraba con otro esclavo en sus aposentos, además, oso insultarlo y gritarle. Sin duda esa gata tiene garras.  Ya me encargare yo mismo de enseñarle como comportarse ante una autoridad. 

El joven japonés sintió  una  profunda lastima por Yuri ,era mas joven que el y su corta vida se acabaría por rebelarse a alguien que le quito su libertad y lo convirtió en un esclavo. Cualquiera de ellos desearía poder hacer lo que el hizo. Por supuesto seguía creyendo que fue una imprudencia pero de igual forma actuó con valentía. Algo que Yuuri jamás podría ser, se sentía un cobarde, un niño asustadizo con tontas esperanzas de escapar. 

Al día siguiente, Yuuri noto  que nadie le llevaba comida al joven rubio. Una vez mas sintió una punzada de lastima así que escondió un par de cosas del desayuno entre sus ropas y se escabullo por el palacio hasta llegar a los calabozos. El lugar estaba  custodiado por tres guardias.  Al japonés le pareció excesivo, el joven era muy flaco y bajo de estatura, era feroz pero su físico le impedía ser peligroso. 

Yuuri japonés no era tan valiente, así que prefirió usar el recurso de la amabilidad e inocencia para caerle bien a los concubinos de mayor rango y a los guardias. Hasta ahora le había resultado. 

—Disculpen  —dijo acercándose a los guardias con la cabeza gacha, hablando con timidez y dulzura —, mi intención no es mala, solo quiero que por favor —dijo resaltado esas ultimas palabras— me permitan llevarle de comer a mi compañero —Los guardias se miraron entre si. 

—¿Tienes ordenes de venir aquí? —respondió uno de ellos con una voz muy gruesa que sin duda daba escalofríos pero no le pareció que estuviera siendo amenazante. 

—No, pero me dio mucha lastima Yuri —dijo poniéndose las manos a la altura del corazón —,  me dijeron que tal vez lo ejecuten, así que solo quiero  que pase sus últimos días con el menor sufrimiento posible ,prometo que si me dejan pasar, no le diré nada a los encargados. 

Los guardias se miraron entre si una vez mas ,pensaron unos segundos y luego me dejaron pasar. Yuuri les hizo una reverencia y les agradeció tres veces antes de pasar a la celda. 

El favorito del SultánDonde viven las historias. Descúbrelo ahora