Gitana de ojos violeta

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Todo comenzó en un día soleado, los campos demostraban en todo su esplendor el verde de sus pastizales y arboles, el agua reflejaba en todo su esplendor el azul como el cielo, todo estaba en armonía con aquel reino donde las casas eran grandes y llenas de ventanas, sus calles eran pavimentadas con rocas, todas las construcciones estaban echas a un estilo clásico, lujoso, con clase pero conservador al mismo tiempo, por las calles transitaban los obreros trabajando, los mercaderes en sus negocios, los carruajes pasando y a varias damas con sus hermosos vestidos pomposos y de bellos colores paseando por la plasma, a los caballeros andando a caballo mientras hablaban usando finos trajes, y no muy lejos de ahí se podía apreciar el majestuoso castillo, enorme y con varias torres echas de mármol y marfil, el castillo estaba sobre un borde desde donde se apreciaba el mar, este también estaba cerca del un hermoso bosque, las grandes rejas que separaban al castillo de la ciudad eran echas de gruesos barrotes de acero, a través de los cuales se podían apreciar los hermosos jardines del castillo repletos de flores de distintos colores y follajes, arboles frutales y arrallanes, el castillo tenia varias áreas, las caballerizas, la zonas de ganadería, los Huertos y área de cosecha donde se cultivaba la comida de la familia real, la entrada principal adornada con una pequeña fuente, en la entrada del castillo había una escalerilla, y en la cima una puerta enorme y antigua de madera, el castillo tenia varios balcones, ventanales y ventanas, se veían a docenas de personas trabajando en los jardines y establos, el castillo al igual que la ciudad denotaba elegancia y clase.

Ala entrada de la ciudad se vio entrar a un numeroso ejército de soldados encabezados por un general de brillante armadura, usando una capa con el escudo de armas del reino de karakura, su espada colgaba en su cintura, en ella estaba granada el emblema de la familia Real Kurosaki, el hombre montaba en un corsel pura sangre garañón, color negro, al entrar ala ciudad el caballero se quito el casco y dejo ver su ojos color miel y esa cara seria, su cabello color castaño clarísimo que mucha gente le veía natanja, por su porte y figura era obvio que ese hombre no era mayor a los 21años, a su lado un pelirrojo lo acompañaba y liderando su ejército llegaron al castillo que al verlos el vigía les ha abierto las rejas y dejado pasar, en la entrada del castillo ya los esperaba el rey acompañado por su reina que usaba un vestido color perla acompañado de par de collares y brazaletes, y así lado un par de señoritas de una edad no mayor a 17años, una pelinegra que usaba un pomposo vestido azul opaco y la castaña que usaba un vestido rosado, cuando el caballero de ojos miel llego ante ellos bajo de su caballo y los abrazado, todos juntos entraron al palacio, en el gran comedor se reunieron con el caballero pelirrojo.

Isshin: Ichigo hijo mio, que bueno que has regresado a salvo.

Ichigo: no ha sido tanto padre solo me ausente una semana.

Masaki: entiendenos Ichigo eres nuestro único Hijo, y dentro de poco tomaras en tus manos el deber de rey.

Ichigo: ya lo se madre, si no escojo una esposa para mi cumpleaños 22 la corte la escojera por mi, ya que debo ser nombrado ese día Rey.

Isshin: yo no se que tanto piensas teniendo ya a una hermosa dama dispuesta a ser tu esposa.

Ichigo: padre ya lo hemos hablado, y la respuesta es no.

Yusu: eso sera un problema te ha estado esperando.

Ichigo: QUEEEEEE!

Karin: le ha venido a lloriquear a nuestros padres, según ella a pelado con el Conde Sora, pero se instalo en tu habitación, por supuesto le pedí a las criadas llevaran tus cosas a la habitación junto a la mia y la llave la tengo yo solamente, si se dice ser una dama se comporta como una ramera.

Isshin: KARIN RETRACTATE, ORIHIME ES UNA DAMA.

Karin: si lo es, dile y recuerdale que una dama no se mete a la cama de un hombre, y mucho menos duerme desnuda, soy una princesa y desde siempre me has pedido portarme como tal, pero no soporto que esa mujer quiera engatusar a mi hermano y ustedes lo permitan, para ustedes mis acciones no son dignas de una dama, pero esa ramera si, entonces me alegró de no ser presentada como una dama.

Amor gitanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora