"A LA MAR"

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El ultimo cañón crujió la madera del navío, el mar regreso a la calma y los piratas recogían su botín; oro, joyas y esclavos, es lo que quedaba del barco que culminaría su días bajo el agua salada. Entre los rehenes tomados por la mano negra destacaba el lince, de pelaje gris y ojos azules, que una vez fue nombrado capitán del naufragio de hace pocas lunas, aquel había perdido toda valentía en sus ojos y bajo la cubierta se hallaba con no más que un trozo de papel y una pluma, dejadas para que este escribiera su testamento, Aquello fue un regalo de su igual en aquella nave. Días de oscuridad afrontaba el capitán, los recuerdos de su pasados hacían que su corazón doliera y sus patas temblaran, cual este fuera solo como un cachorro alejado de su madre. Bajo la luz de la luna intentaba encontrar las palabras para su amor y una vez su mente se aclaró y la pluma empuño, sus palabras se hicieron realidad.

"Las noches largas están sobre mí, no es más que el ojo de la tormenta esta calma que pesa sobre el orgullo y la vida, la eternidad me susurra pidiéndome abandonar mi mortalidad, la libertad, supongo yo, no será parte de mi durante esta vida, me disculpo por mi soberbia, por mi orgullo y por mi estupidez. Las paredes se hacen más pequeñas, ¿será esto un augurio de mi muerte? ¿Acaso este es lo que me merezco tras tener la vida que yo mismo hice?, admitió ante aquel en el que nunca creí que mis memorias no fueron pulcras, pero no me arrepentiré de ellas, mas no por pedir redención a mi alma, sino por el hecho de que estas me volvieron lo que soy hoy. Tu nombre resuena en mi mente, tu sonrisa vive en la coyuntura de mis labios, pero estos son débiles y no pueden seguirles el paso. Miro a la dama de azul, la cual me dio la vida, ahora poco a poco me la pide de nuevo ¿Es justo que le niegue algo que le pertenece? ¿Es justo que te deje a ti por ella?, no lo sé, debato conmigo mismo por encontrar la respuesta, aun te sueño en los momentos que mi espíritu me deja dormir, mas no te culpes, el destino así lo deseo, de la misma manera en que te conocí en el puerto".

"Miro los días pasados, la primera vez que te tome de la mano, ¿Recuerdas que juramos frente al mar, estar para siempre el uno con el otro?, esa promesa es la que logra hacer palpitar a mi corazón, pero me carcome lentamente, como si esta fuera una maldición milagrosa. Desearía poder volver a ese día donde nuestros cuerpos se hicieron uno y después de acto carnal me pediste que sentara mejor mis metas, que pisara un poco más el suelo y pensara mejor las cosas, para poder repetírmelo a mí mismo, tenías razón, ¿Pero cómo lo sabría yo en aquel entonces?. Admito ahora querer haberle hecho caso a tus palabras. Esto será mi castigo por mi arrogancia".

"Cada mañana me levanto detestando más las paredes de mi encierro y añorando la idea de descansar en la inmortalidad, al parecer mis plegarias fueron aceptadas, te encontrare de nuevo, tal vez en otra vida o en la misma muerta, pero no descansare hasta poder decirte aquello que debía de haber escuchado de mi voz la mañana en que me fui. Esta tarde será mi ejecución, me reuniré al final con la dama azul, deseo que ella pueda llevar esto a ti a cambio de mi alma.

Con amor, Edward.

AullidosWhere stories live. Discover now