Prólogo

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En una habitación sumida en sombras, iluminada apenas por la luz tenue que emitía aquel extraño dispositivo, se encontraba sentado en un sillón de cuero envejecido un hombre tan grande que su cuerpo sobresalía del sillón. Observaba con atención el aparato frente a él.

Su rostro permanecía en la penumbra, oculto por la oscuridad de la noche. Envuelto en el silencio y la sombra, un ligero sonido proveniente del dispositivo llamó su atención.

Aquel hombre no respondió de inmediato; más bien, tomó un momento y suspiró. Aquella llamada no parecía ser común. Responder podría cambiar el curso de lo que ocurriría.

—¿Ya lo decidiste? —preguntó la voz proveniente del dispositivo.

Un suspiro fue lo único que salió de aquel hombre.

—¿Y bien? —volvió a preguntar, esta vez con un tono menos pasivo.

—Sí, lo haré —dijo, con un susurro apenas perceptible.

—Haces lo correcto —respondió aquella voz, casi con un tono de satisfacción—. Pronto te mandaré las instrucciones. Mantente al margen.

Y así concluyó aquella llamada.

El secreto de mi linaje©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora