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«Noche De Invierno»

— ¿Mami?— Trato de hablar el pequeño de cabellos azabaches cuando vio cómo su mamá empacaba muchas cosas sin ningún acomodo en un maleta.

La mujer le ignoro y simplemente le tomó de la mano llevándoselo casi a arrastras de aquella casa que más que nada parecía una choza en un muy mal estado.

La mamá de el pequeño Murdoc lo llevaba en las calles a altas horas de la noche.
El pequeño no parecía entender que pasaba, pero era la primera vez que su mamá le tomaba de la mano desde que vio la luz.

El viento soplaba realmente fuerte, después de todo era Diciembre y el clima se volvía espantosamente frío.

Murdoc tembló un poco y trato de controlar sus piernas que estaban descubiertas, el la única ropa que tenía era una camisa blanca con una chamarra afelpada por dentro, unos tenis desgastados y unos short azul marino que no le calentaba ni en lo más mínimo.

Murdoc iba a reclamar a su madre, peor le ría algo desesperada y asustada.

Mami sabe lo que hace.

Dijo mentalmente Murdoc aferrándose a la mano día de su mamá.

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La joven mujer toco el timbre máximo 7 veces seguidas hasta que vio que la luz de un cuarto fue encendida.
De la gran casa salió una mujer de pelos rizados aún que algo despeinados de un tono dorado, sus ojos azules hinchados por el sueño se abrieron al ver a la joven desesperada. Murdoc no entendía nada.

— Tatiana, son las 2 de la madrugada, ¿qué pasa?— La mujer rubia observó a Murdoc y este noto la angustia en sus ojos azules.

— No puedo Rachel.. Él me llamó y me buscara, no puedo más.— La mamá de Murdoc rompió en llanto mientras que Rachel le abrazaba tratando de calmarla.
Murdoc tenía sueño, un niño de 5 años no debería de estar despierto a las dos de la madrugada y observando a su madre llorando a mares con una desconocida.

— Veremos la manera de que todo esté bien Tatiana, no pasa nada, debes ser fuerte por tu hijo.— Sus palabras eran dulces pero Murdoc en lo poco que tiene de vida sabe bien que su mamá no escucharía eso.

— No puedo Rachel... Lo siento.– La mamá de Murdoc le entregó la maleta a Rachel y esta no sabía que pasaba.– No puedo.— Dicho lo último la mujer se hecho a correr dejando atrás la casa, a Rachel y aún desorientado Murdoc por el sueño.

— ¡Tatiana!— Grito pero ya era tarde, la mujer había desaparecido entre los edificios y la oscuridad. Rachel suspiro con el ceño de preocupación, pero miro hacia abajo viendo a el pequeño Murdoc observando a la dirección que había corrido su mamá.

— Murdoc...—

— Si corro... La podré alcanzar ¿verdad?.— Su voz sonaba inocente aún que su labio temblaba y sus ojos contenían unas grandes lágrimas.

Rachel fue hacia él y le abrazó, el cuerpecito de Murdoc le abrazó por el cuello soltando unos leves quejidos que rápido fueron callados por el sueño. Murdoc se había quedado dormido en los brazos de Rachel.

Esta trato de contener también las lágrimas, sabía perfectamente que aún que Murdoc fuera un niño, entendía que su propia mamá le había abandonado.

Le cargó con un brazo con suma delicadeza y tomo con la mano libre la maleta entrando a la casa.

Su esposo David entendería la situación y dejaría que el pequeño Murdoc se quedará, después de todo Tatiana era amiga de ambos de la infancia. La querían, era una mujer bella de cabello pelirrojo y largo a no más poder, lo único malo en ella eran las altas dosis de drogas y alcohol que ingería.

Por otro lado, era bueno tener a Murdoc, su hijo de 8 meses se llevaría bien con el.

Murdoc sería un integrante de la familia Pot. Con Rachel, con David y sobretodo con Stuart, el hijo de el matrimonio.

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⏰ Última actualización: Nov 01, 2017 ⏰

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