CAPITULO DOS
Caminó por el pasillo y de nuevo se detuvo frente a la habitación de Wiiliam, solo que esta vez tocó tres veces con los nudillos, no hubo repuesta, por lo que cuidadosamente y en silencio, la abrió. la habitación estaba vacía y la cama estaba destendida. Frunció el ceño y la abrió por compelto. Avanzó un poco y se quedó de pie con los ojos puestos sobre la mesilla de noche aun lado de la cama, había vendajes, pomadas y un par de pastillas. Cerró los ojos exasperada y negó con la cabeza. Inmediatamente la puerta del baño se abrió, el vapor salió por la puerta y sintió gotas caerle por todo el cuerpo. Lo miró. Llevaba una toalla enrollada en la cintura.
"William" dijo con voz seca "¿No puedes salir sin sacudirte el cabello como perro?"
"Lo siento no te vi"
Julie se acercó a él y se detuvo a unos pasos.
"Ven" le dijo él "Acercate más"
Ella, con los ojos sobre el pecho desnudo del muchacho, le preguntó:
"¿Qué te hiciste?"
"No es nada" respondió él.
"Déjame curarte. Dios mío Will, es horrible"
Will agachó la cabeza intentándo verse el pecho y después hizo una mueca. "No es nada"
"Tienes heridas y anoche llegaste ebrio, no puede no ser nada"
Él se acercó unos pasos más y levantó una mano, le acarició la mejilla con el pulgar y sonrió.
"Estoy bien"
"De acuerdo" tomó la mano de Will sobre su mejilla y retrocedió.
"Deberías irte, bajaré en un segundo" le dijo Will y le dio un pequeño empujoncito.