Capítulo único. ❁

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『 Una pequeña aclaración antes de comenzar con el One-shot; la historia tendrá muchos saltos de tiempo que deben poner bastante atención para no confundirse, igual trataré de dejar todo más o menos claro sin dejar que pierda su encanto. Disfruten. ♡』

Despertar
Levantarse
Alistarse
Desayunar
Trabajar
Volver a casa
Repetir

Una persona normal, común y corriente se aburriría de esa tediosa rutina, las mismas acciones iguales que el día de ayer, y de antes de ayer, y antes antes de ayer, pero había alguien que entre todas esas almas en pena que en pleno lunes en la mañana llegó felizmente a su zona de trabajo saludando a todo el mundo; Dib Membrana.

La madurez alcanzó a Dib desde hacía ya mucho tiempo por que hombre; no cumples treinta años todos los días, ¿Que si había cumplido su sueño de ser investigador paranormal? ¡Claro! Aunque lo presta mas como un hobbie, aun así después de todo jamás dejó de gustarle lo oscuro y misterioso. Habían muchas cosas que se arrepentía de haber hecho en toda su vida y esa argolla en su dedo anular izquierdo no era una de ellas; por supuesto.

Nuestro carismático protagonista llevaba felizmente cinco años casado, pero se preguntarán "¿Quien fue el ser que le robo el corazón a Dib?", eso tiene explicación.

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Estaba en la secundaria, faltaba solamente una semana para lograr salir de ese infierno denominado escuela, todos lloraban de felicidad prometiendo verse después en algunas juntas.

« Crédulos. » pensó Dib mientras estaba mirando esa escena con gracia, decidió mirar algo que realmente valiera la pena. .

" . . Zim . . " Dijo casi susurrando mientras se apoyaba en la mesa, descansando los brazos en dirección al pupitre donde estaba el alíen; justo en el otro extremo del salón. Podí verle jugar con esa lapicera todo el día sin sentido alguno, era simplemente adorable a su vista.

Quizá fue por la constante mirada de Dib sobre Zim que hizo que el alíen sufriera un escalofrío y volteara a verlo casi por instinto. Zim miró, Dib le sonrió, Zim se volteó con ese fuerte azúl en las mejillas.

El humano ya casi dos semanas atrás se le había declarado al alíen atrás de la escuela, le había regalado dulces y una rosa, la rosa fue destruida pero los chocolates los aceptó; Dib estuvo feliz ya que no había sido rechazado ni tampoco aceptado, era el alíen que tenía una confusión de sentimientos.

Desde entonces Dib busca cualquier tonta escusa para pasar tiempo con el, tomarle de la mano y hasta incluso darle pequeños besos que no son rechazados. Sin lugar a dudas, Zim era lo único que extrañaría de esta estúpida escuela, ya que su padre quería que consiguiera una carrera profesional o se adentrara en el mundo de la ciencia junto con él, ninguna le gustaba pero suponía que la universidad no sería mala.

Volviendo a estos dos, después de que Dib recibió ese rechazo en la mirada de Zim, se levantó de su pupitre y fue directamente donde estaba el alíen jugando con la lapicera. Puso su mano sobre la de él y la agarró, todos sus compañeros de clase habían hecho un circulo para hablar entre ellos; perfecto. Aprovechó ese momento de desinterés en ellos para llevarse al alíen fuera del aula, Zim se quejaba de que el podía caminar sólo pero no fue escuchado por Dib, no hasta que llegaron a la zona trasera de la escuela, ahí recién le soltó la mano, Dib se adelantó hasta una habitación algo abandonada que usaban para guardar las sillas y mesas rotas, también habían colchas de gimnasia así que las visitas nunca eran incómodas.

Primero entró Zim, después Dib quien miró a todos los lados antes de cerrar la puerta atrás de él, al ya estar juntos y sólos, pudieron abrazarse, sentirse con la libertad que querían.

『R u t i n a』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora