Una tierna niña de 6 años, le hace una pregunta a su padre, Jack Frost.
¿Y cómo se conocieron tú y mami?
Enternecido por la pregunta de su pequeña, revivirá cada momento desde que conoció al amor de su vida... o al que no pensó que sería e...
Heyyy muy buenas criaturitas del señor, he decidido empezar esta bonita y dulce historia( al menos gran parte) espero que le den tanto apoyo como a mis otras historias ❤ aquí tienen el primer capítulo!
PD: Jack y Elsa tendrán sus poderes aquí..
Era una mañana soleada y cálida en las bellas calles de Brooklyn.
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Una tierna niña, saltaba de emoción frente a la puerta de su casa.
-Papi viene!! Papi viene!!!- decía emocionada.
Emma Frost Arendelle, esperaba con ansias la llegada de su padre Jack Frost. Emma ya tenía 6 años y pronto cumpliría 7, su cabello era largo y rubio como el de su madre y tenía unos hermosos ojos azules tan profundos cortesía de su padre.
-Emma tranquila, ya va a venir- dijo Elsa viendo a su pequeña- Estás haciendo nevar
-Quiero ver a papi!!- dijo la pequeña
De pronto se escucharon unas llaves y la puerta se abrió, dejando ver a un ojiazul sonriente.
-PAPIIIII!!!- la pequeña corrió a abrazarlo y al ser pequeña aún se colgó de una de sus piernas.
-Hey! princesa, me extrañaste?- dijo Jack tomando a su hija y cargandola.
-Si, te extrañe mucho- dijo ella abrazándolo y dándole un beso en la mejilla.
-Y de mí hermosa esposa no recibo un beso también?- dijo el ojiazul divertido mientras tenía a su hija en brazos
-Hola cariño- la rubia se acercó y le dio un tierno beso en los labios. La pequeña al ver la muestra de cariño de sus padres, rió.
-Tú de que te ríes eh!- Jack le hizo cosquillas a su pequeña y empezaron a jugar.
La razón por la que Emma extrañaba a su padre, era que era un reconocido escritor, y generalmente viajaba para descubrir e inventar nuevas historias, su fan número uno era su pequeña princesa, cada vez que regresaba de algún viaje, venía con millón de historias nuevas que contarle y algún recuerdo.
Cuando era época de escuela no podía llevar a su familia con él, así que viajaba lo menos posible, aunque fuese así, Emma lo extrañaba con locura.
-Papi, mira lo que aprendí!- dijo la pequeña ojiazul moviendo sus manos y creando cuatro pequeños hombres de nieve.
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