El legado de las diosas a ese mundo trajo consigo desolación y tristeza, y lo que debía de haber sido esperanza se convirtió en objeto de codicia y origen de oscuridad en los corazones.
En esa Era el sufrimiento que presenciaron los mortales talló una marca en la historia. Pero fue finalmente el dolor y la desolación de la diosa blanca el que dejo esa cicatriz eterna, marcada para siempre sobre la tierra de Hylia.
Ese día el viento susurró llevando consigo tristeza, removiendo los escombros de la batalla, tratando de borrar tras de sí el dolor y la amargura de la tierra, llana y marchita, desolada tras la embestida de la oscuridad que la había azotado, vacía al haber perdido a la mayor parte de sus habitantes.
El inmenso desierto que había quedado en ese sitio se volvió aún más tácito, los colores que naturalmente debían ser ambarinos permanecían oscurecidos por el rezago de la noche, y aunque las tinieblas se disipaban con la llegada del amanecer esa sensación de incertidumbre bailaba en aire siguiendo el ritmo de otra melodía, una que jamás en el tiempo eterno de las eras debería de haber existido, por el simple hecho de ser algo innatural e impensable, más aun así, haciendo capricho de su propia divinidad, el llanto y la tristeza de la diosa blanca llenaba ese vacío inmenso y yermo, resonando en una canción triste que sólo hablaba del gran dolor que en esos instantes sentía.
Sentimientos contradictorios inundaban su alma mientras abrazaba con fervor el cuerpo del guerrero caído, acunándolo contra su pecho, y aun sabiendo que había perdido su vida lo llamaba por su nombre, quizás esperando a que contestara o simplemente para que escuchara su lamento. La confusión en su alma era tan grande y tan inmensa que poco le importaba lo ilógicas que resultaran sus acciones.
-Lo siento tanto... Link
Sollozó sin poder soltar aquel cuerpo que yacía inerte, sin poder obtener consuelo alguno más que la promesa que ella misma le había hecho, la resguardar su espíritu como juramento de que algún día volverían a encontrarse. Su corazón le dolía tanto que no se dio cuenta de lo que hacía; su aura siempre pura y buena ahora simplemente cargada con semejante dolor, ahuyentaba a todo ser vivo que intentaba acercarse, las razas primigenias de esa tierra agacharon la mirada y simplemente se retiraron, pues al ser simples mortales tratar de poner empatía solamente los hería como si un torrente de emociones brutalmente pesadas lacerara sus almas.
Amaban a Hylia, era cierto, pero aun así su instinto de supervivencia los hacia alejarse.
Y entonces, la diosa se quedó sola, aislada en sus sentimientos, solamente acompañada del único ser que la había apoyado durante aquella alocada travesía, con cierto mimo acarició aquellos cabellos rubios mientras su rostro aún se escondía en su pecho, llamó a su alma y esta aun le respondió aunque de forma casi lejana y extremadamente débil.
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La otra Promesa
FanfictionEsta es una historia que se ha perdido en el Albor de las Eras, una historia que los mortales ya no cuentan porque creyeron olvidada, un cuento que se convirtio en leyenda y del cual sólo las mismas deidades saben que fue verdadero. Esta es una hist...