Parte sin título 7

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"¿Podemos hablar?"

La pregunta es repetida en su mente, junto a la imagen de la persona a la que irían dirigidas estas palabras si tan sólo tuviera el valor de decirlas.

"¿Podemos hablar?"

Busca en la sala algún rostro familiar, alguna amistad, alguien en quién poder confiar. La frase esta vez no tiene un destinatario, sólo aparecen en su mente rostros de las personas en las que alguna vez confió, siendo desechada la idea de hablarles cuando encuentra alguna excusa para no volver a hacerlo.

"¿Podemos hablar?"

Se encuentra ahora frente a su madre, con lágrimas en los ojos y un dolor punzante en el pecho, le preguntan qué es lo que pasó, pero entonces sólo niega con su cabeza sin saber qué contestar.

"¿Qué pasó?"

No lo sabe, de pronto se hallaba llorando, pero no entendía en qué momento había pasado. Estaba en la misma sala, con el mismo lápiz en mano y un cuaderno ya manchado por las lágrimas que caían sobre la hoja.

No había ido a ningún lado en ningún momento, sólo seguía imaginando escenarios, conversaciones irreales con personas alguna vez cercanas.

"¿Podemos hablar?"

Se quedó mirando el cuaderno, el dolor en el pecho ahora no le abandonaba y la sensación de abandono le acompañaba.

No podía hablar con nadie, hace tiempo ya que había alejado a todo aquel que le había mostrado una verdadera preocupación por saber cómo se encontraba, qué le pasaba o qué le afligía.

No podía hablar con nadie pues ni siquiera sabía qué palabras serían pronunciadas una vez que abriera la boca.

No podía hablar con nadie porque no sabía siquiera qué era lo que quería decir.

¿Disculparse?

¿Buscar consuelo?

¿Desahogarse?

No sabía, ya no sabía y ahora ya no había nadie dispuesto a escucharle.

Simplemente escritosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora