Epílogo.

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Epílogo.

Eleanor

— ¿Arela? —Toco la puerta de la habitación en la que ella usualmente se quedaba cuando peleaba con Tyler. Peleas que habían comenzado desde hacía unos días — ¿Estás bien?


— ¡Se acabó! —Ella grita desgarrada, yo abro la puerta rápidamente, encontrándome con ella en el piso de la habitación, borracha y con todo el maquillaje corrido.


— ¿Qué sucedió? —Susurro, ella empieza a llorar otra vez, muy borracha.


— ¿Sabías que él era alcohólico? —Solloza — ¡Yo no lo sabía!


—Lo lamento, Arela... yo no...


— ¡Es un monstruo cuando bebe! —Ella se limpia las lágrimas, dejando manchas de rímel por sus mejillas —Estaba tan estúpidamente enamorada de él...


— ¿Qué fue lo que pasó? ¿Te hizo daño o algo así? —Me siento en el piso con cuidado, acariciándola y tratando de tranquilizarla.


—Sí. Cuando lo encaré... todo explotó, lo golpeé y él... él solo reaccionó de la misma forma. Cuando vi su mano en el aire en dirección a mi rostro... todo se acabó, Els —Ella sisea destrozada —Todo se acabó.

La ayudo a levantarse sin hacer mucho esfuerzo, y la dejo sobre la cama. Asegurándome de que se quede dormida.

Apenas es media noche. Y conociendo a Arela... ella lo había empujado hasta allí para descubrirlo.

— ¿Qué sucedió? —Matt está sentado en la cama con el ordenador en sus piernas.


—Tyler intentó o golpeó a Arela —Susurro decepcionada. Matt toma su teléfono, pero cuando lo envía al buzón de voz, Matt suspira.


—Se fue a rehabilitación otra vez —Responde para sí, negando con la cabeza — ¿Te dijo Arela si bebió alcohol?


—Arela apesta a alcohol. Pero creo que ella lo golpeó la primera vez.

Matt se pasa la palma por el rostro cansadamente.

—Lo que menos necesitaba Tyler era conseguirse a otra mujer que le gustara bofetearlo —Él exhala dramáticamente antes de que un lloriqueo nos haga olvidar a Tyler y Arela —Justo a tiempo —Murmura mirando su reloj y apagando su ordenador, dejándolo a un lado.

Me acerco a la cuna, observando a Alaina.

Es lo más maravilloso que pudo pasarnos. Es... increíble la manera en la que un bebé puede transformar toda tu vida en una verdadera aventura.

—Yo la quiero primero —Dice Matt apareciendo desde el otro lado y robándosela.

Pongo los ojos en blanco con una sonrisa enamorada. Los dos estábamos cautivados por esa pequeña bebé que cada día estaba más gorda de todo lo que podía comer.


Me siento en la cama, buscando toda la comodidad necesaria para amamantarla y veo como Matt la arrulla unos minutos mientras yo me preparo para ella.

Alaina amaba estar con su papá, y adoraba dormir entre nosotros dos después de medianoche. He escuchado a todas las chicas hablar sobre lo malo que es eso, pero es mi primer bebé.

Ellas lo dicen porque ya tienen dos, tres y cuatro niños. Pero yo en cambio... había sido bendecida con una niña e iba a hacer absolutamente todo lo que pudiera para mantenerla cerca de mí todos estos años, antes de que se convirtiera en una mujer y me abandonara para siempre.

Lo lamento mucho, pero iba a aprovechar a mi hija todo lo que pudiera. La etapa de dormir con tus padres no es para siempre, la etapa de amamantarla no era para siempre. Solo eran etapas y quería vivirlas al cien por ciento. No iba a perderme ni un solo día.

— ¿Estás lista? —Matt susurra cuando Alaina comienza a llorar.

Dos meses y medio tenía Alaina de nacida, parecía de cinco. Era super inteligente. Se despertaba a medianoche para comer, y luego sobre las cuatro por más. Por supuesto, ya estaba en la cama con nosotros así que era fácil para mí si Matt no estaba en la cama.

Lleno de Ilusiones (Saga HBGH 4)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora