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"Que te puedo decir? Te vez terriblemente sexy cuando estás mojada"

°°°

-Mauro, llevamos horas dando vueltas, las mismas horas en las que te he repetido la misma pregunta varias veces... A donde vamos?- Pregunte por milésima vez ya fastidiada.

-Sí, estoy consciente de ello- Dijo sin mirarme y siguiendo el camino.

-Puedes mirarme cuando me hablas?- Dije a punto de estallar.

Mauro solo me ignoró, siguió conduciendo, yo solo seguía en el auto por la simple razón de que no sabía dónde estaba, era una completa desconocida en las calles de Buenos Aires y estaba de noche.

- ¡Sí! ¡Sabía que era por aquí!- Dijo cuando nos encontramos con una casa abandonada, totalmente vieja y sucia.

-¿Cómo que por aquí? ¿Qué es esto Mauro?- dije mirando la casa.

-Aquí es a donde quería traerte- Bajamos del auto, Mauro se paro enfrente de la casa y me miraba para pedir mi opinión

- ¡Mauro pero aquí no vive ni un alma!- dije con miedo, era muy tenebroso

-Solo sígueme- Tomo mi mano, se acercó a la puerta y de un pequeño empujón, estas se abrieron.

-Llevo siguiéndote durante horas, no creo que tenga otra opción que eso- Dije entrando a la casa.

-Deja de quejarte- entramos a la casa, estaba demasiado oscura, me agarre fuerte de Mauro y empezamos a caminar.

Seguimos caminando lento, ya que no mirábamos nada y no queríamos tropezarnos.

-¿Mauro?- Dije al presentir que paró de caminar

-Llegamos- Fue lo único que dijo.

-A donde llegamos? Donde estam...? – Cuando iba a terminar de preguntar una puerta se abrió, para hora dejarme ver luces de colores moverse al ritmo de la música.

-En donde estamos?- Pregunté al fin, pero esta vez gritando para que Mauro me escuchara ya que la música me impedía hablar normal.

Mire alrededor y había gente bailando libremente, nadie se inmuto de nuestra presencia, algunos se me hacían conocidos de algún lado.

Mauro volvió a tomar mi mano, llevándome a unos baños.

-Estamos en una de las mejores jodas de Buenos Aires- me explico.

La música ya no se escuchaba tan fuerte.

-¿Privada?- Seguía sin entender.

-Algo así, aquí es donde los pibes y yo venimos a pasar un buen rato sin ser molestados por esos "topos" que nos siguen, viste – Finalizó con una sonrisa atractiva

Asentí dudosa y de inmediato me arrastro para la pista de baile donde bailaban todos muy animados, ya sabía de donde se me hacían las caras conocidas, eran los amigos de Mauro, los había mirado en aquel club o cuando se saludaban por la calle.

Mauro empezó a bailar al ritmo de la canción, con su mirada me ínsito a hacerlo también, así que moví mis caderas al mismo ritmo. Cerré mis ojos y simplemente me deje llevar por la melodía que hacía la música.

Sentía como el ritmo de "Boss" se filtraba por mis oídos, mis caderas se movían, esto era realmente reconfortante, es perfecto. Abrí los ojos lentamente y mire a Mauro mirándome anonadado, con un vaso de fernet en la mano, sin moverse, ignorando a las personas que al bailar lo empujaban un poco, simplemente me miraba.

Dare yourself - Duki  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora