[ lightning ]

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"Cruzaría un desierto y un océano, para alejarme del dolor de tu tormenta, para perseguir la luz central he estado alejándome de tus sombras, así podría sanar y no lo sentiría..."

La vida de ambos como pareja se podía decir que era perfecta. Algo bello, algo hermoso.

Una chica linda con el chico lindo, ya saben, lo típico. Lo cliché, lo ideal.

Sin embargo, ¿acaso todo era perfecto? ¿acaso el rosa definía su relación? ¡No!

Las apariencias engañan.

Alejandro era el causante de las penas de Heather, el causante de sus lágrimas, de sus celos, de todo lo que sacaba lo más horrendo de ella. Pero Heather era ciega, ella no lo veía así, el hecho de tener una personalidad similar le hacía ver como si aquello fueran muestras de afecto.

Una relación tóxica.

Nada nuevo.

Sus amigas siempre le dijeron que debía dejarlo, le susurraban e cantaban a su corazón dejarlo cada vez que la mayor aparecía llorando en las puertas de sus casas.

Pero nada, Heather no iba a dejarlo.

Ella lo amaba, él la "amaba" a su manera ¿acaso eso no era suficiente?

Aún que a veces ella deseaba no sentir sentimientos como esos otra vez.

Pero lo hacía.

—Heather —la llamó una de sus amigas—. ¿A dónde vas? —preguntó.

—Voy a sorprender a Al —respondió la pelinegra con una sonrisa, dirigiéndose a la puerta—. Él me extraña, lo sé.

La rubia negó, podía ser una tonta, pero al menos notaba todo el daño que el más grande le hacía a su mejor amiga.

—Bueno... Adiós Heather —se despidió al verla atravesar la puerta—. No cometas una locura... —susurró para ella misma.

La asiática se subió a su auto, para dirigirse a la empresa del padre de su Al, donde él trabaja. Condujo hasta su destino, pero de la nada un sentimiento de malestar se le apareció.

Un dolor en el estómago, como si estuviera advirtiéndole sobre algún mal cerca.

Lo ignoró, tal vez se le iría luego.

Se dirigió al estacionamiento de la empresa y salió de su auto, aún con una sonrisa. Entro allí y la recibieron con sonrisas.

Pero no eran de felicidad, sí no de lástima.

Ellos pensaban ¿cómo una chica tan bella como ella estaba con un idiota como él?

—Señorita Heather —la llamó uno de los compañeros de Alejandro, Cody—. El señor Alejandro se encuentra en una reunión, sí quiere puedo llamar a su asistente para que le traiga algo.

—No importa, lo esperaré y gracias Cody —respondió sonriente Heather, sentándose en uno de los sillones que se encontraba a las afueras de la oficina de este.

Él asintió con una sonrisa para irse hacía su oficina.

A penas se fue, saco su teléfono y empezó a ver los mensajes que le llegaban.

20 minutos más tarde...

El cansancio se hacía presente en la asiática, así que, saliendo de sus mensajes, se dirigió hacía su galería, con varías fotos de los dos.

lightning ➳ aleheatherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora