Llanto

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Esa vez, cuando sin querer acabaste con la vida de un pez dorado, lloraste bastante. Pero si lo hubiese matado yo, ¿Hubieras llorado así?

Últimamente, estoy sintiéndome horriblemente sediento todo el tiempo.

"Hace tanta calor" dije despreocupado.

Esto no es solo por el calor. Es la culpa de la mujer que tengo a mi lado.

Me encontraba limpiando un aula junto a una persona y la sala parecía estar hecha de fuego mismo.

Soy Joshua Carpio, un estudiante de secundaria en mi último año. Y la chica que me acompaña... No puedo decir su nombre. Lo único que puedo decir de ella es su tremenda sonrisa, esa maldita sonrisa, algo que atesoraré por siempre dentro de mis sentimientos. Aunque últimamente, ya no es como la recordé sobre como era antes.

No tengo interés en cosas como estas, ya nada la hace gruñir. ¡Ella no responde, sin importar que...! Es tan aburrida.

Al rato, alguien llamó a ésta chica. Sin tomar en cuenta los estados de la otra gente, ella siempre pone ese rostro tan espectacular... Al parecer la persona detrás de la llamada era su novio.

"Es tu novio?" dije acercándome a su hombro.

"De verdad está bien tomar llamadas cuando se supone que estás limpiando..? Tal vez, pueda decírselo al profesor." dije vacilando.

Al girarse para mirarme a la cara, me miró con rabia y se giró para irse a limpiar a otro lado. En realidad ella nunca se molestaba.

<<Estoy tan sediento...>> dije mirando al cielo desde la ventana.

No es como si estuviese así cada vez que estoy con ella, o algo parecido. Ésto empezó hace 1 año, cuando nos conocimos por casualidad en una feria.

<<Hm, no es esa chica de mi nueva clase?>> <<Qué estará haciendo?>>

La vi llorando agachada mirando hacía abajo, dónde había un pez dorado sacada de su bolsa de agua y muerta en el suelo seco.

"Atrapé un pez dorado, pero no me di cuenta y lo dejé caer sin querer y murió." dijo llorando.

Estamos en la misma clase, pero la única impresión que tuve de ella es que era una persona sincera y serena. Y después de verla llorar por un pez dorado, por alguna razón no pude respirar bien.

<<¿Qué narices? ¿Sentir empatía por un pez dorado? Eso tiene que ser, encontré el punto débil de una persona que pensé que era dura. Mis súper sádicos instintos me están torturando.>>

En conclusión, desde entonces, estuve pensando en secreto que quería ver el rostro de esa chica entristecida de nuevo.

"Joshua, eres tan lento limpiando.." me dijo con desprecio.

"Perdón, ahora voy." dije mirándola al otro lado de la clase.

<<Pero qué? Por qué está tan malhumorada? Ah.>>

"Podría ser que te peleaste con tu novio?" dije sonriendo.

Ella se giró y me volvió a mirar con cara de desprecio.

"Cállate!" dijo enfadada.

Ella aunque fuera un poco se sonrojó e hizo latir mi corazón por primera vez. No es bueno, de verdad, esto no es bueno, me dije a mi mismo.

"Voy al lavabo un rato." - dije, ya saliendo del aula.

<<No es suficiente en absoluto>> me dije a mi mismo.

Qué voy a hacer? Sobre esta incurable sed...?

Al volver al aula, ella ya no estaba y la encontré buscando en los arbustos del patio.

"Qué estas haciendo?" grité.

Parecía no escucharme, pero en realidad me ignoraba. Así que bajé y me acerqué a ella.

"He perdido una pulsera." dijo preocupada rebuscando entre los arbustos.

"Pero tanto te importa esa pulsera?" dije sin pensar.

Al oírme decir eso ella me miró con frustración y casi llorando y me dijo gritando con fuerza, "Vete!". Después de eso me fui y la dejé ahí sola.

Al día siguiente me encontraba hablando con una de sus amigas me contó sobre la discusión de su pareja y que la pulsera que ella buscaba era un regalo de su novio, al igual que su pez dorado.

Accidentalmente dejó morir el pez de colores que su novio le regaló. Obviamente, ella estaba triste por ello también.

Y al final me di cuenta. Al final, todo se trata sobre su novio...

<<La luz del sol abrasador es caliente. Debería robar todo el agua.>> me dije a mi mismo.

Al terminar las clases fui a buscar a esa chica.

En algún momento, tuve unas expectativas poco realistas.

"Me gustas" dije sin pensarlo dos veces. "Pero, no espero que sientas lo mismo por mí. Esto no recompensa lo que dije, pero, aquí... se te cayó en lo más profundo del arbusto, después de todo."

Pase toda una tarde después de clases buscando su pulsera sin descansar ni una sola vez.

Es doloroso,

"Vosotros dos estáis peleados, ¿verdad? dije entregándole la pulsera directamente a la mano.

Tan doloroso...

"Cógelo y haz las paces con él." dije con una sonrisa.

Por favor, de alguna manera... Dame un poco de agua.

Pero,

"Gracias." me respondió sonriendo.

Sí me sonríes, puedo estar en paz.

Incluso si esto duele ahora, algún día seguramente...

El pez doradoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora