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El aire mañanero sucumbía el parqueado por completo, pues les causaba a todas las personas cierto desconcierto cada vez que las ráfagas friolentas de viento parecían ser revolcados por estos. No obstante, para alguien que llevaba la mayor parte de su vida viviendo en lugares como estos, se sentía como un pequeño soplido manifestado por un pequeño niñito, tal cual. En el ambiente matutino de Seúl siempre se presenciaba de una manera serena, sólo se escuchaba el canturreo de las aves como si estuvieran anunciado el comienzo de un gran día acompañado del panorámico amanecer.

Mayoritariamente, en el lugar sólo se encontraban personas adultas llenas de responsabilidad en sus aburridos bolsos, pues había una notable cantidad de hombres con trajes anticuados y maletas de madera con notorio semblante apático. No entendía cómo algunos no dejaban de mirarla con una mueca interrogación. Eunji casi siente vomitar a pesar de su soñolienta figura.

Pues, aunque la chica ha de encontrarse poco consciente y parada en su lugar, un inevitable pensamiento burlesco inundó su mente, tratando de entender cómo aquellos señores de compostura correcta, con una vestimenta así de reluciente y la fachada de estar ganando una millonada; ni siquiera contaban con algo tan necesario como un vehículo.

Incluso para la muchacha seguía siendo aburrido y una total pérdida de tiempo.

«Personas que trabajan infelices, como tal mundano, para ganarse una vida feliz... Si es que tienen una, claro» meditó la castaña en sus adentros.

Ella se sentía orgullosa de sí misma al no ser ese tipo de gente, aunque no era la persona más responsable del universo, a Eunji no le importaba con tal de vivir su vida tal y como debía, pues la señorita creía que el trabajo laboral en cualquier sentido era una completa pérdida de tiempo a menos que sea algo que ames, creía que los días de cada ser humano estaban contados para ser desperdiciados con algo que los obligaba a ser una máquina andante. Sin embargo, Eunji estaba consciente sobre cómo funcionaba la sociedad, que las cosas no eran de a gratis, ni mucho menos en bandeja de oro, por ello se encontraba allí, en una gran fila en la parada del autobús a su espera.

Sintiendo su cuerpo moribundo, creyendo que en cualquier momento su figura se desinflaría en el suelo como tal globo, Eunji miró a el pavimento debajo de sus pies escaneándo sus alrededores, le echó una pequeña ojeada a las personas detrás de ella, y una vez más percatándose de que aún el autobús no tomaba la iniciativa de dar señales de vida, meticulosamente agachó su cuerpo colocándose en cuclillas como tal ovillo y sin vergüenza alguna, sólo se dejó caer en el suelo, a gusto con la sensación de desahogo de sus rodillas al llevar casi veinte minutos de pie, sin contar que su estado inflexible no ayudaba en lo absoluto para lograr la resistencia que haría una persona normal extasiada de energía. Quitó su morral de sus hombros dejándola caer en el hueco de entre sus piernas cruzadas, tal como un indio, escuchando el barboteo de las personas a sus espaldas seguramente hablando sobre las acciones ordinarias de la joven, que cabe recalcar, no podía impórtale menos.

Con su codo apoyado en el borde de su rodilla izquierda, y la palma de su mano atajando su mejilla de una manera sosa y desganada, la muchacha se encontraba a nada de dejarse ir, puesto a que sus oscuras órbitas se encontraban cerradas pacíficamente, mientras que su rostro tenía una mueca de relajación extrema, indescifrable, podría compararse como tal borracho luego de haber pasado toda la noche de fiesta, que en este caso, la comparación se convertía en un hecho para la castañita.

Cuando el tono bullicioso del celular comenzó a resonar estrepitosamente en su bolso—el cual se encontraba apretujado contra su pecho—, sintió como su corazón chocaba con sus costillas causándole a la chica un respingo anonadado en su lugar. La irritación corriendo por sus venas al percatarse de que hace segundos el inexistente reforzamiento de su codo había colapsado saliendo deslizado de su rodilla trayendo como consecuencia que casi su cara formara parte del rústico pavimento.

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⏰ Última actualización: Jul 12, 2018 ⏰

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Loser » m.y.gDonde viven las historias. Descúbrelo ahora