Yo La Mate

Martes 8 de noviembre del 2017

La recuerdo perfectamente cuando la vi, perfectamente recuerdo sus facciones, la hermosa sonrisa delicada que llevaba ese momento, su obscura melena que se movía con el viento, sus labios color rosa palo delineados perfectamente. Sus mejillas estaban adornadas con miles de puntos los cuales podría contar sin problema alguno. Sus ojos celestes como el mar, profundos y adictos, los miraría por horas sin cansarme.

Yo quería que sus miradas y sonrisas sólo fueran para mi ¿por qué? ¿Por qué se fue con el? Yo di todo por ella ¡¿por qué lo eligió a él?! ¡Yo la amó! ¿Por que no lo entiende?
Ame ese día en el cual amaneció debajo de mis sabanas, su cabello estaba desordenado y su maquillaje corrido, pero aún así para mi era el más bello ser humano sobre la tierra, sin duda pensaba que la habían creado los ángeles y si fuera así vaya que hicieron un trabajo excelente.

¿Sabes? Recuerdo su vestido blanco manchado con su sangre, sus cuencas vacías. De hecho sigo conservando sus ojos en mi hogar, los puse en un bonito lugar junto a una foto suya sobre el estante de premios. Sus labios pálidos y resecos. Su cabello corto cayendo sobre sus hombros ¿sabes? Yo fui feliz con ella, alguna vez ame sus gritos de dolor y desesperación al arrancar sus ojos, aquellos hermosos ojos.

Si, yo la mate ¡Yo la mate! No tengo culpa, ni remordimiento. De hecho lo volvería a hacer. Tengo los ojos puestos en una rubia, se llama igual que ella, se llama igual que ella. Haría lo mismo de no ser por estar en el manicomio, dicen que un sociópata ocupa estar en lugares como este, aquí tango la libertad de decir a cada persona que pasa ¡Yo la mate! ¿Quieres pruebas? Pues su cuerpo calcinado esta enterrado tres metros bajo tierra en el jardín de mi casa, yo la mate ¡yo la mate!

Poco después de esta carta escrita, el sociopata sufrió un ataque cardíaco acabando con su vida, al igual que con su locura, su locura por aquel amór que nunca le perteneció.