Primer Día

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- Así que... Aquí es.

Había llegado al fin al bar del que tanto había escuchado hablar por las calles, como si se tratara de un lugar encantado en el cuál podía suceder de todo en una sola noche. Pero por fuera no era más diferente que otro bar cualquiera. Tal vez por la noche se animara más pero ¿tanto como para tener esos rumores? No comprendía a la gente. Puede que el alcohol fuese el culpable de esas alucinaciones. Suspiré un poco dejando de lado mis pensamientos y entré en el establecimiento, guardando el papel donde tenía apuntada la dirección en el bolsillo trasero. Miré la zona curioso al estar allí por primera vez y todo se veía muy normal. Una barra, varias sillas bordeándola y unas cuantas mesas dispersas por todo el local. En serio, solo era otro bar más de la ciudad. Chasqueé la lengua algo decepcionado, de algún modo me esperaba algo más por todo lo que había oído, y una voz me sacó de mi trance.

- ¿Va a tomar algo?

Desvié la mirada de nuevo a la barra y un muchacho estaba detrás de esta limpiándola. ¿De dónde había salido? Estaría debajo o algo cuando miré porque si no tenía superpoderes. Me acerqué a él y me senté en la primera silla que tenía delante.

- Mm... Una cerveza por favor.
- Marchando~

Se dio la vuelta para coger un vaso y luego se fue hacia el barril para echarme la bebida, como en cualquier bar. Esto tenía que tener algún truco.

- Aquí tiene.
- Gracias...

Cogí el vaso y le di un buen sorbo. Tenía sed de tanto andar. Llevaba todo el día dando vueltas por la ciudad intentando buscar el bar porque la dirección que me dio el del hotel no es que fuera muy buena, y no tenía ganas de preguntarle nada a los americanos estos. Para cuando pude dar con este lugar ya habían pasado dos horas y casi era la hora de comer. Y me dijo el recepcionista que estaba al lado, será...

- No eres de por aquí ¿verdad?
- ¿E-eh? Ah no... ¿Cómo lo sabes?

Alcé la vista para cruzar miradas con él y este sonrió levemente apoyándose en la barra.

- Se te nota~ ¿De dónde vienes?
- Inglaterra.
- Oh~ Bastante lejos~ ¿Y cuánto tiempo llevas aquí?
- Poco, una semana.
- Ya veo~

Me fijé mejor en sus facciones conforme hablábamos y también supuse que no era americano. O por lo menos su familia no. Era demasiado moreno como para serlo, con el pelo castaño y los ojos entre un tono verde y marrón. Le di el segundo y último sorbo a la cerveza y fui buscando la cartera.

- Tú tampoco eres de aquí ¿no?
- Qué va, soy español. Aunque ya llevo un tiempo viviendo aquí.
- Hm... ¿Es fácil adecuarse a la vida americana?

Ante mi pregunta se rio un poco y cogió el vaso para ir lavándolo. ¿Qué es lo que le hacía tanta gracia? Fruncí un poco el ceño confuso y algo molesto.

- ¿Por quiénes los tomas~? ¿Delincuentes~?
- ...por los molestos y ruidosos que son. No los aguanto.
- Se nota que eres inglés~ Ah, y es un dólar.
- ¿Tan poco?

Saqué el billete de un dólar para dárselo algo sorprendido. Aunque ya me había dado cuenta de que todo en este país estaba mucho más barato que en el mío.

- Esto es lo bueno de la vida americana~

Me sonrió guardando el billete y suspiró sentándose en una silla que tenía a su lado.

- Aunque en España también está todo muy barato... Por eso van tantos guiris~
- Normal... La gente busca lo mejor y a poco precio.
- Oh~ Muchas gracias por alagar a mi país~

Volvió a reírse un poco y me provocó un leve sonrojo por ello, a lo cual tuve que desviar la mirada y fui guardando la cartera para irme de allí. Ya había visto todo lo que quería ver.

The BartendersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora