El chico del Mc Donalds. UsChi [Parte dos]

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Manuel miraba atentamente el papel que tenía en las manos, hace más de dos semanas en que Chile quedó afuera del mundial y en ese mismo periodo de tiempo no ha vuelto a ver al rucio del Mc Donalds, había ido nuevamente una vez con el Bráyatan, pues le recargaron la tarjeta de la JUNAEB y podían darse el lujo de comer lo que quisiera, al menos hasta el próximo año en que la comida chatarra no podría ser comprada con aquel valioso plástico.

Habría llamado si no fuera por que un Deivid le robó su Arcatel mientras salía del metro de Mapocho, perdió todo aquello lo que alguna vez quiso, como el contenido para mayores que contenía en vídeos, eso fue lo que más lamentó, sin añadir los diversos libros que tenía descargado que le ayudaban pasar un rato más ameno en los recreos de la universidad.

El pelirrojo, que tenía un nombre flaite miraba a su alrededor con suma atención, quien supiera de su nombre y lo viera en aquella situación, tal vez, pensaría que estaba tramando un robo a una tienda, mientras que el más bajo solo atinaba a mirar a los mostradores buscando un móvil que estuviera al alcance de su limitado presupuesto.

Eso es lo que hacen los mejores amigos. Y cómo no estaba seguro de si lo conseguiría, lo único que se le ocurrió para mantener la mente del castaño fuera de los problemas.

Y qué mejor manera que invitándolo a comer una cajita feliz para contagiarle la felicidad.

Al llegar al local se pudo percatar que estaba casi vacío, así que el castaño apresuró el paso para ver si estaba nuevamente el rucio atendiendo, tendría que conseguirse el número, aunque no le sirviera no teniendo con qué llamarlo.

— No está —Musitó un tanto decepcionado, la verdad era que prefería estar tranquilo acostado en casa, antes de enfrentarse al calor infernal, pero saco toda su fuerza de voluntad para salir al centro, al parecer no podrá conseguir su cometido.

— ¿A quién buscai? —Preguntó el pelirrojo haciendo la fila para por fin comer algo, porque salieron temprano en dirección al centro y no alcanzaron a almorzar, así que sus tripas sonaron durante todo el trayecto en la micro, sintió mucha vergüenza en esos momentos así ahora tenía que solucionar el problema de raíz.

— Qué te importa —Respondió simpático el más bajo, se posicionó al lado del contrario, porque sino tendría que hacer la fila y no le apetecía hacerla.

El Bráyatan rodó los ojos para no iniciar un tema de discusión, su cerebro estaba siendo calcinado por el calor y ya no estaba en condiciones de responder a cada uno de los ataques que podrían salir de esos labios rosáceos que besó hace un tiempo por un reto. Manuel solo atinó a pensar en qué comería, porque, al bien ver al rucio era su idea principal, también tenía hambre y debía saciarlo.

Pensó en pedirle el celular a su acompañante, pero el número le quedaría registrado y, en el peor de los casos, si lo borraba podría ser que el rubio lo llamará y quedara en evidencia. Ay, qué difícil elección, justo cuando el de ojos azules le había llamado la atención, aunque sea mínimamente eso es muy difícil de conseguir.

Pronto llegó el turno de ambos y pidieron sus comidas. Tuvo el impulso de decirle a la chica que los estaba atendiendo si sabía algo del paradero del rubio de ojos azules que los atendió la otra vez que fueron a dicho local, pero fue incapaz. Volvió a resignarse y a comer su hamburguesa mientras que su acompañante le hablaba sobre qué celular le convenía comprar, pero, por más que le dijera no tenía el dinero suficiente, una lástima.

Rodó los ojos hastiado de la situación, hasta que vio una cabellera rubia que captó su atención, no parecía ser teñida como el resto de personas del local. ¿Era el rucio?

— Voy al baño —Anunció levantándose el castaño, temiendo a que se le perdiera de vista a su objetivo.

— ¿A qué? —Preguntó Bráyatan sin modular correctamente, parecía que se estaba atragantado con los dos hamburguesas que pidió, tenía tanta hambre que no se preocupaba de digerir correctamente.

— A mear —Dijo lo primero que cruzó por su mente y se fue de allí a un paso rápido. El otro de ojos cafés se encogió de hombros y pensó que corría porque ya se iba a orinar en sus pantalones, lo dejó ser.

Se sentía un desesperado, y sí, lo estaba. Nunca un mino tan mino se te presentaba así en una bandeja de oro, sí, a Manuel le encanta la tula, tanto como bebida como anatomía.

Y allí estaba de espaldas al rucio, aunque, al contrario de como pensó alguna vez, no era tan llamativo porque el resto lo estaba ignorando.

— ¡Rucio! —Dijo en un más tono chillón de lo que planeó, el susodicho se dio media vuelta confundido y allí se dio cuenta de su error. Este rubio no tenía los ojos azules, los tenía en un tono más lila, se mordió el labio avergonzado al ver su equivocación, sintiendo su rostro colocarse más caliente— ¡Chucha, perdón, me equivoqué! —Se corrigió lo más rápido que pudo, mejor se hubiera quedado comiendo su compota, porque con el Bráyatan no esperaba que durara demasiado.

El otro rucio, que no era el Ruco que buscaba, sonrió con pena y asintió con la cabeza, genial, estaba dando lástima.

— De verdad lo siento, la cagué —Insistió listo para irse, huiría para hundirse en la vergüenza de su habitación, o en los brazos del Bráyatan, cualquiera de los dos le serviría.

— No te preocupes, estoy acostumbrado a que me confundan, debo tener un rostro común —Le dijo en un tono bajo y suave, con dificultad consiguió escuchar lo que había dicho y su lado fleto, ese que tanto se esmera en ocultar y no muestra con nadie, gritó que ojalá toda tuvieran un rostro común como ese, carraspeó acallando esa voz en su mente y continuó con la conversación, que esperaba, breve.

— ¿A qué te refieres? —Indagó para cambiar la conversación.

— Tengo un rostro parecido a mi hermano — Musitó con timidez y ligeramente cohibido, acomodando sus lentes mientras se sonrojaba dándole una imagen tierna al castaño.

Iba a hablar, o balbucear, porque se sintió anonadado ante los coros de ángeles que parecían acompañar esa bella escena cuando vio a esos ojos azules que tanto estaba buscando. Allí estaba su rucio.

🍔🍟🍔🍟🍔🍟🍔🍟🍔🍟🍔🍟🍔🍟
Estoy de vuelta, tenía que volver en algún momento dkdkkdkd.

Perdón, pero estaba estresada con lo de taller de debate y los electivos, aunque ahora estoy libre y estoy segura que, si bien la carga será mínima porque estoy acostumbrada, estaré en modo psu desde junio dkkdk

NECESITO que me digan que OS debo, porque de lo contrario se me olvidarán.

¡volvieron las fechas!
Jueves 2401: BraChiMex.
Sábado 26/01: JaChi.
Lunes 28.01: ??
Jueves 31/01: PruChi.
Viernes 01/02: ??
Domingo 03/02: ??

Los ?? significa que se llenarán cuando me digan cuales debo, de lo contrario se les pedirá votaciones. Tengo muchas cosas que contarles, como que le hice una ficha al Bráyatan y otras más pero lo haré más adelante para lo hacer esto largo. Los amo, gracias por leer. ❤️❤️❤️❤️❤️❤️

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⏰ Última actualización: Jan 23, 2019 ⏰

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[LH]  ¡Chile Lindo! (Chile/Manuelx¿?)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora