Etapas/épocas.

9 2 0
                                    

Por favor cree cuando te digan que la vida cambia mucho más de lo que esperas que lo haga, después de un determinado tiempo, y determinadas etapas.

A mi solían decirme que la escuela a partir de los 12 años sería la mejor época de mi vida, donde aprendería muchas cosas nuevas, conocería gente maravillosa, me volvería parte de algo y encontraría sentimientos diferentes.

Pero, jamas me dijeron que todo eso, me haría sentir tan mal.

Jamas dijeron que las cosas nuevas que aprendería serían malas palabras,  dobles sentidos, hipocresía, desunión, maldad, irresponsabilidad.

Jamas mencionaron que la gente a la que conocería, sería maravillosa por el simple hecho de que es una "maravilla" darse cuenta de la maldad que puede existir en una persona, en un corazón.

Tampoco dijeron que tendría que volverme parte de un grupo desunido, hipócrita y vacío de realismo para lograr destacar en el colegio.

Y mucho menos, me contaron el hecho de que con tantas cosas nuevas y realmente estúpidas, me sentiría sola, desadaptada y excluida.

No lo hicieron.
Pero por eso te lo cuento a ti ahora.
Para que sepas que en esta etapa, no todo es color de rosa.
Que si quieres destacar frente a la sociedad, tendrás que ser el/la hijo/a de puta que se salta clases, desobedece a sus maestros y le va genial con los/las chicos/as guapos/as.
Que tendrás que volverte de dos caras para ser una persona con alguien y otra con alguien más.
Por que si, al parecer solo así, agradaras a todos.

Y que, bueno, si intentas ser sencillo, amable o simplemente tu mismo, no saldrás del agujero.

Eso no nos lo cuentan, pero vaya que es verdad.

Y es muy cansado, caray.

Te hace sentir desesperado, triste, sediento de aprecio real, hambriento de calidad humana.

Pero sobre todo, te hace sentir decepción en el pecho, aturdimiento en el cerebro, tristeza en el corazón.
Porque poco a poco, las generaciones estamos más dañadas por toda la basura mental que contenemos.

Y eso, no traerá épocas mejores para nadie, de verdad.

Textos en el vacío | Por Evelin CotaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora