Capítulo 3

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Durante el anterior capítulo unos pisos más arriba:

La encantadora y despiadada Malasia (la viuda negra), caminaba entre la oscuridad decidida a dar caza a alguna presa. Sus ojos azules intensos como ningún otro miraban siempre al frente, sus oídos le vigilaban la espalda y los lados. Malasia era bella como ninguna, además de esos preciosos ojos tenía pelo moreno largo, medía 1,81, tenía un cuerpo bello, piel clara, y la expresión de su cara era despiadada aunque preciosa a la vez.

De repente se detuvo en un cruce del manicomio y giró la cabeza, una chica rubia muy guapa estaba atada con unas cuerdas a una barra de las muñecas. Eso le dio una idea a la viuda negra; podía acabar con dos rivales a la vez, con la víctima y con la que la había capturado. Malasia se acercó decidida, la chica que estaba atada no la vio pues estaba mirando al suelo. Una sonrisa despiadada de asesina se dibujó en los bonitos labios de Malasia, antes de entrar se aseguró de que nadie vigilaba a la mujer que estaba atada.

- ¿Quién te ha cogido preciosa? (Preguntó con su dulce y engañosa voz Malasia).

- Porque no lo compruebas tú. (Dijo levantando la cabeza lentamente con una sonrisa despiadada). Está detrás de ti.

Otra mujer le golpeó con una tabla de madera por detrás a Malasia, la tabla se partió y Malasia perdió el conocimiento.

- Buen trabajo Selenia. (Dijo la mujer morena que le había golpeado a Malasia).

- Gracias Beatriz, recuerda la siguiente vez te toca a ti hacer de víctima. (Dijo Selenia).

Beatriz liberó a Selenia y ambas miraron el cuerpo tendido de Malasia en el suelo.

- Vaya, vaya parece que nos hemos hecho con una de las más peligrosas. (Dijo con una sonrisa Beatriz sintiéndose victoriosa).

- Vamos a ver de que es capaz de soportar la viuda negra. (Dijo Selenia).

El hombre que organizaba todo esto no daba crédito a lo que veía.

- Esto es inesperado, unas tramposas en el torneo, esto cada vez se pone más interesante. (Dijo para sí mismo).

LOS JUEGOS DE LAS COSQUILLAS

(CAPITULO 3)

Beatriz tuvo la suerte de encontrar una caja sorpresa de ayuda, en ella habían cuatro tiras de cuero azul oscuro, en un lado tenían un mecanismo de cierre, en el otro un mosquetón, así que pusieron a Malasia en forma de X en el suelo mientras estaba inconsciente y la ataron de muñecas y tobillos con las cuerdas, después engancharon los mosquetones en los vértices de la sala cuadrada.

Malasia despertó allí atada, al lado izquierdo de su cara, estaba Selenia mirándola con esos preciosos ojos azules, y a la altura de su cadera estaba Beatriz mirándola en una pose sexy.

- Mira hemos capturado a una de las tres más difíciles del torneo.

- Escuchar no hagáis una tontería me necesitáis, no podréis con algunas de aquí.

- Las únicas tres peligrosas Malasia sois tú, Urbídea y Úrsula que caerán en la trampa igual que tú. Cammy también es peligrosa pero no es muy inteligente fallará.

- ¿Qué haréis después un duelo de uno contra uno entre vosotras?

- Nosotras no nos enfrentaremos, no te preocupes por eso.

- Me necesitáis con vida.

Fue entonces cuando sonó el mensaje de la primera eliminada por el altavoz.

- Selenia. (Dijo Beatriz e hizo un gesto).

Selenia pasó su dedo índice por la axila izquierda de Malasia.

- Jijijijiji. (Rio bajo Malasia apretando los dientes).

- Qué axila tan bonita y suave.

Malasia entonces notó algo cosquilloso más abajo, Beatriz le pellizcaba las costillas del lado derecho y eso le hizo encogerse.

- Jajajajajajajajajajajajajaja.

La otra mano de Beatriz fue a parar al vientre y la otra de Selenia al cuello, Malasia encongió el cuello y estiró el vientre.

- ¡Jajajajajajajajaja parar dejarlo ya jajajajajajajaja!

- Tiene que ser raro cuando tú eres las que hace esto a las víctimas que te lo hagan a ti.

- Jajajajajajajajajaja parar de una vez.

Las cosquillas se hicieron notar con más intensidad cuando el dúo de asesinas recorrieron con fuerza dichas partes con sus afiladas uñas.

- ¡Jajajajajajajajajajajajajajajajajajaja parar jajajajajajajajajajajaja para de una vez jajajaja!

El tiempo pasaba pero las cosquillas no cesaban.

- ¡Jajajajajajajajajajajajajaja os van a comer jajajajajajajaja y sufriréis jajajajajajaja, pagaréis esto jajajajajajajajajajajajajajajajajaja!

- Parece que se resiste Selenia toma la parte de arriba, yo la de abajo.

Las dos se sentaron encima de Malasia, Selenia de cara y Beatriz de espalda, ambas tenían la espalda pegada una a la otra.

- ¿Preparada? (Preguntó Beatriz).

No hubo falta contestación ambas comenzaron a hacer cosquillas a la vez, Beatriz en los muslos y Selenia en las costillas.

- ¡JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA CERDAS ASQUEROSAS JAJAJAJAJAJAJAJA!

Ambas siguieron cosquilleando un buen rato.

- ¡JAJAJAJAJAJAJAJAJAJA LO PAGARÉIS JAJAJAJAJAJAJAJAJAJA LO PAGARÉIS A MUY ALTO PRECIO JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA!

- Parece que se resiste. (Dijo Selenia).

- Vamos a por las partes más sensibles. (Dijo Beatriz).

Ambas se estiraron.

- ¿Ya? (Preguntó Beatriz).

Una vez más no hubo falta contestación, Selenia comenzó a cosquillear las axilas; Melisa intentaba bajar con todas sus ganas los brazos pero no podía.

- ¡JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA DEJARLO JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA OS ARREPENTIRÉIS JAJAJAJAJAJA!

Beatriz comenzó a hacerle cosquillas en las plantas de los pies, que enseguida comenzaron a moverse ambas como locas, pero no tenían donde huir.

- ¡JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA BASTA JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA PARAR LAS DOS YA JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA!

- Que cosquillosa eres. (Dijo Beatriz notando como el cuerpo de Malasia se movía como loco).

Entonces no salió más que risa y el cuerpo de Malasia se movió como si una descarga eléctrica la habría golpeado y dejó de reír.

- La hemos matado. (Dijo Selenia).

- Así es. (Dijo Beatriz). Vamos a por la siguiente.

Ambas se reincorporaron y le quitaron las cintas a Malasia, después con una sonrisa en la cara de ambas desaparecieron en la oscuridad de uno de los largos pasillos del manicomio. Aún queda mucho juego, muchas sorpresas, muchos regalos sorpresa, muchas asesinas que no han aparecido, ¿quién ganará? ¿tendrá alguna otra razón el hombre que ha creado esto? ¿qué pasará con la ganadora? ¿en qué lugar está el terreno donde compiten? Y la última pregunta, ¿logrará alguna de las concursantes alguna respuesta o salvación en este tétrico, frío y despiadado lugar?

Los juegos de las cosquillasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora