Cuando te conocí...

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Tan hermosa, con tu gran sonrisa y tu aplastante alegría, opacando todos los problemas que escondías. Siempre jubilosa, amble y entregada ¿Cómo lo haces? ¿Cómo lo hiciste? ¿Qué me hiciste?

Tan valiente...me cautivaste, me embelesaste y ahora me es imposible dejar de mirarte cada vez que te mueves por todo el salón, carcajeandote y sacándome tantos suspiros.

Te conocía, desde hace mucho, nos conocíamos. Pero ese primer día... jamás lo olvidaría, ese día en que te robaste tan cruelmente mi cordura y mi capacidad de pensar con claridad, ese precioso día en que conocí lo que es simplemente admirar a una persona inocentemente, sin pizca de malas intenciones, creyéndote una simple amiga.

Que equivocada, tan equivocada en realidad ¿Una amiga? Tal vez sí. En ese momento sí, te vi así, como Mi amiga. ¿Cuándo fue que esa amistad se convirtió en admiración?

Desde ese primer día, el día que te conocí, el día en que sonreí tan sinceramente como hacía meses no lo hacía. Cuando te conocí...me llené de una felicidad incomparable, me llenaste de felicidad...ahora que por fin te conocí. Espero y puedas dejarme entrar entrar en tu vida.

Déjame conocerte, déjame saber de ti, quiero estar en tus pensamientos, quiero estar en tus palabras, quiero causarte una sonrisa, al menos una vez...quiero estar contigo, desde que te conocí.

A Letter For YouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora