-¿Por qué eres así? ¿Por qué tratas a las personas como si fueran una mierda?- le dije a Lucas con tanto odio que me sorprendí yo misma. Él sólo sonrió en respuesta. -¿Por qué coño sonríes?
-Porque no quiero hablar contigo, sabes muy bien que odio perder el tiempo y tú, cariño, definitivamente eres una perdida de tiempo. Se dió la vuelta y siguió caminando dejándome en el pasillo como una maldita imbécil.
-¡Eres un maldito egocéntrico, Mcmillan!- susurré para mí. Apuré el paso para llegar a mi próxima clase, encontrándome a mi amiga Paula en el asiento de siempre. La verdad es que conocía a muchas personas pero a ninguno lo consideraba realmente amigo excepto a ésta inútil.
-Hola, Abigail-dijo Paula.
-Hello- dije y rápidamente me tapé los oídos porque sabía lo que iba a ocurrir a continuación.
-HELLO FROM THE OTHER SIDE!- gritó literalmente a todo pulmón, al menos en el salón no habían muchos estudiantes. Paula es realmente fanática de todo, es fanática hasta de una cucaracha bailadora.
-Ayúdame, por favor, sé buena amiga. Ayuda a una pobre adolescente que tiene miedo a reprobar-decía Paula, había comenzado la clase de matemáticas y Paula es un total desastre en dicha materia.
-Pero, joder, te lo he explicado mil veces, tampoco es tan difícil.
-Claro, porque tú eres una nerd-le di un codazo en su barriga.-Lo siento, lo siento, no eres ninguna nerd, las nerds no tienen el pelo rizo como un afro.
-¿Cuándo piensas entender que mi pelo no es un afro?
Sonó el timbre dando por terminada nuestra conversación. Fuimos a un carrito de frituras cerca de la escuela y me compré una empanadilla con un refresco.
-No sé cómo puedes comer eso todos los días- dijo Paula mirándome con asco.
-Tú eres una malamañosa -dije con la boca llena, provocando más miradas de asco. -Deja el drama, Paula. Recuérdame por qué somos amigas si somos tan diferentes.
-Bueno, porque me amas, porque no tienes más amigos y porque eres una antisocial.
-¡Yo tengo más amigos!
-¿Sí? Pues mencíonalos, oh, y tus gatos no cuentan -dijo la muy desgraciada y se está riendo. ¡La muy maldita se está riendo de mí! - A menos que Lucas cuente como amigo.
-Él nunca será mi amigo. Lo odio y él me odia a mí, es como un odio mutuo.
-Never say never- me dijo y me guiñó un ojo. ¿Qué le pasa, se cree cool? Decidí olvidarme de nuestra estúpida conversación y dirigirnos a la biblioteca. Empecé a leer un libro que encontré allí y como unos quince minutos después la voz de la bibliotecaria nos interrumpe diciéndonos que ya es hora de la siguiente clase. Me despedí de Paula porque la siguiente clase no nos tocaba juntas.
Busqué mi asiento con la mirada, el chico que tanto odio estaba ahí sentado. No sé ni por qué empezó nuestro odio sólo sé que nunca nos hemos llevado bien.
-¿Te importaría moverte?
-No, si quieres puedes sentarte aquí- dijo señalando sus piernas.
-Obviamente no- dije bastante molesta.
-Ya, ya, afro. No te enojes.
-Joder, ¡que no es un puto afro que es sólo pelo rizo! Oh, y gracias por mover tu estúpido culo de mi asiento.
-De nada, afro.
-Cállate, Peter la Ánguila con pelo de mapo- dije y me miró ofendido.
-Señor Mcmillan y Señorita Portman, ¿podrían tomar asiento y dejar su discusión para otro día?- dijo el maestro, yo sólo asentí y miré mal a Lucas dándole a entender que estaba muy molesta.
Me senté, abrí mi libreta y empecé a hacer garabatos en ella mientras pensaba en lo mucho que me fastidiaba la presencia de Lucas. Él tenía un buen aspecto físico pero no llegaba a ser lindo sino él era más como aceptable... Sí, aceptable. Tiene el pelo rubio, ojos marrones, era un poco más alto que yo y no es ni gordo ni flaco. Es egocéntrico y se hace el gracioso con sus amigos- aunque sus estúpidos chistes no dan nada de gracia-, también su mayor entretenimiento es hacerme enojar.
Me reí ante mis pensamientos, ¿acabo de pensar que Lucas es lindo? Estoy loca, ¡él ni siquiera es mi tipo! Sacudí mi cabeza para alejar esos raros pensamientos como había visto que hacían en las películas, volví a reír por mi estúpidez y me concentré en la clase.
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Es tan sólo un cliché más
Teen FictionEs tan sólo un cliché más. Abigail se encuentra en vuelta en peleas constantes con un idiota al que odia. En el transcurso de los días tendrá que enfrentrar algunos problemas que todo adolecente atraviesa. Ella aprenderá a amar, a valorar la amist...