I was raised by a broken seed
I grew up to be an unwanted weed
Ever faster the time exceeds me
Little harder again to remember you
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Cálidos eran los rayos de aquella mañana que comenzaron a esparcirse por todo su campo de visión, las colosales nubes grisáceas se debatían en una lucha constante con el astro rey por marcar territorio, por invadir cada kilómetro del basto cielo mientas que el sol comenzaba a refulgir. Como una eterna batalla entre la luz y la oscuridad.Como la eterna batalla a la que había sucumbido hacía tantos años, que ya ni siquiera podía recordar.
Recordaba con claridad la luz de las mañanas a las que se aferraba con sus ojos chocolate, la calidez de los rayos del sol acariciando su tostada piel, haciéndolo sentir parte de ese mundo al que verdaderamente no pertenecía. La sensación abrumadora de necesitar sentir que el corazón le latía por alguien más, por él mismo, por amor.
Ese amor que había pasado desapercibido durante tanto tiempo y al que por tanto tiempo se había aferrado con uñas y dientes, destrozando a su presa para su mala suerte.
Siete habían sido los tiempos en los que intentó enamorarse, uno por cada vida desperdiciada, por cada época en que el mundo seguía fluyendo, seguía evolucionando mientras él permanecía estancado en aquel trozo inmenso de oscuridad, en su propio mundo sin salida, sin poder tener más allá de un pequeño rayo de esperanzo brillando sobre el firmamento nocturno.
Sabía que llegaría, había estado ansioso desde que sus pies tocaron la tierra árida por primera vez, desde que sus manos se apoderaron de la primera mujer a la que vio con tal de poseerla, con tal de intentar romper todo lo que sentía en su interior.
La primera vez que intentó entregar su corazón con honestidad, se llevó de topes contra la pared, porque aunque le entregaron una vida, aunque le confiaron un amor puro, JongIn no se sentía satisfecho.
Y con cada vida arrebatada había perdido un poco más la cordura, había perdido el interés en el amor y en todo lo que algunas vez había estado anhelando. Sus cicatrices se empeñaron en recordarle lo que verdaderamente era cada vez, un hombre sin alma propia, sin corazón.
¿Y cómo iba a amar si no tenía un complemento? Si su alma estaba destinada a sucumbir en el infierno, rodando eternamente en la tierra como una mota de polvo, como un desperdicio que el cielo desechó por incontables pecados.
Kim JongIn bajó del cielo, expulsado de aquellos terrenos por haber sucumbido al pecado con uno de los arcángeles más preciados para Dios. Le había arrebatado su cuerpo, le había engatusado y se había impregnado de su esencia, se había apoderado de su pureza y lo había convencido de hacerlo, lo había orillado sin saber al eterno castigo de caminar en la tierra como castigo.
Y desde que sus pies habían pisado la tierra, JongIn se había propuesto encontrarlo a como dé lugar, sin escatimar el tiempo invertido en su búsqueda, sin lamentarse por sus acciones pasadas. Porque a pesar de haber deseado su cuerpo en un principio, lo que empezó como malicia se había transformado en algo más, en algo indescriptible que había acelerado los latidos de su corazón pecaminoso.
Pero Do KyungSoo, se había esfumado de su vista, le había perdido el rastro al momento de caer, y JongIn aún se lamenta profundamente de no haberlo tomado de la mano para caer juntos, sin importar lo demás.
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En un susurro ❀ KaiSoo's Halloween Challenge
Fanfiction❀ Cuando JongIn conoció a KyungSoo, no pudo evitar cometer el peor de los pecados, y que sus alas se desmembraran de su cuerpo como castigo, el eterno castigo de rondar por la tierra sin poder encontrarlo, hasta que un día quizá el destino se apiada...