Adrenalina, Velocidad, Peligro y Aventura. Eran unas de las pocas palabras con las que se sentía totalmente identificado y agusto. No por algo era el Rey de las carreras de autos, y no, no de esas típicas carreras donde debías undir el acelerador y dar vueltas por la pista con los competidores chocando contra otros, provocando alguno que otro accidente. Esas eran para novatos y aunque él alguna vez fue partícipe de esas carreras, se lo negaría a cualquiera que se lo preguntara.
Todos lo admiraban, al menos a Agust D, el nombre artístico que se había predominado. Era un gran competidor y aunque no había participado en muchas carreras como parecía, tenía la suficiente experiencia como para ganarse uno que otro premio. En un principio y muy a su pesar había detestado este tipo de actividades tan arriesgadas y con mucha actividad fisica; y en su ignorancia muy aburridas. Porque es que ¿A quien le gustaria ver a unos carros perseguirse por una pista? Al menos no a él.
Pero eso cambió cuando a la edad de 16 años su madre comenzó a hablarle sobre su padre. Y entendió que no debía juzgar algo de lo que no tenía conocimiento. Su padre era un reconocido corredor, ganador de la *Copa NASCAR* por al menos 4 años consecutivos.
Había fallecido dos años después de su nacimiento en un accidente de auto. Irónicamente, el accidente no habia sido en la pista de carreras como todos pensaban que algún día pasaría. Y aunque fue un auto el que le dio vida cuando ya no la sentía tener, fue un auto el que terminó arrebatandosela completamente.
No fue hasta que cumplió la mayoría de edad que comenzó a involucrarse a lo que eran las carreras clandestinas. Por supuesto, su madre fue la primera en oponerse ante su creciente sueño. A pesar de eso nada lo detuvo a querer saber y sentir lo que su padre alguna vez sintió, la felicidad y la adrenalina.
Su padre era, según su madre, una persona completamente diferente en la pista. Se le podía ver claramente su rostro radiante y lleno de felicidad, y en algunas fotos y vídeos que habia visto de él pudo verle esa sonrisa que mostraba las encias, la cuál había heredado.
Y aunque finalmente había logrado ser como su padre, un gran corredor, no creia haber alcanzado esa "felicidad". Ni siquiera cuando recibía esos premios o reconocimientos de grandes competidores. Pero como dicen, las mejores cosas tardan en llegar y pueden llegar en el momento menos esperado.
Min Yoongi encontró lo que nunca imaginó que podía tener, la felicidad y el amor.
🛫
Se encontraba abordando el ultimo avión, luego de 4 paradas, para su próxima aventura en América, específicamente en África. Donde participaría por primera vez en la Competencia *Rally Dakar*, una de las competencias más importantes de su carrera.
La cuál desde hacía varios años había querido participar pero su entrenador se lo había prohibido. Debido a la falta de preparación que tenía. Hasta hace un mes cuando le habia dado la noticia de que representaría por primera vez a su país en dicha competencia. Ese día había gritado, pataleado y aunque lo negara, había soltado una que otra lágrima de felicidad.
La competencia se llevaria a cabo dentro de tres días y el vuelo duraria al menos unas 18 horas, las cuales aprovecharía para dormir y relajar su cuerpo para la competencia.
Pero jamás se esperaba tener que compartir asiento con un total extraño, y es que para Yoongi, Agust D era alguien superior a todas las personas, tenía fama, dinero y mucha fanaticada. Tenía mucho poder en realidad. Y aunque fueran la misma persona Yoongi creía tener una doble vida, sólo por diversión.
Así que por nada del mundo él iba a respirar el mismo aire que ese niño de mejillas abultadas, ni mucho menos compartir asiento a tan solo 5 centímetros de distancia, no podía!
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Rally Dakar {YoonMin}
Short StoryLa vida está llena de casualidades hermosas y Park Jimin podía ser la más hermosa para Min Yoongi.