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Recuerdo los momentos felices cuando estabas, jugábamos hasta agotar toda nuestra energía y reíamos sin razón alguna, pero enfermaste y me dijeron que te fuiste al cielo, por eso te mando esta carta sin destinatario a ver si se pierde hasta llegar a ti.

Noventa frases de mi cerebroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora