SOBREVIVE

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#LMDEINKTOBER- @MLovegood8

-¡Rápido! ¡Corre!- dijo Jack aun agarrándome de la mano. -¡Deprisa, nos va a alcanzar!

Nos persigue un gigante, feo, gordo y poco agraciado pero sus pasos son diez nuestros. Estaba furioso, mucho.

-¡Por aquí!- dije guiando a Jack por un sendero.

El sendero se dividía en dos, ¿derecha o izquierda?, paré y Jack tropezó, lo que hizo que ambos cayéramos al fango. Jack se levantó rápidamente girándose hacia la derecha, yo aun en el suelo, agotada, lo miré, él me miró, vio que no me movía, bajó hacia mí. Me da un tímido beso en la frente y susurra "vamos" con dulzura. Me levanto y él me gira hacia la derecha.

-¡No!- digo- ¡Por aquí!- lo guío hacia la izquierda. –Confía en mí- él asiente.

Corremos unos 10 minutos y encontramos el lago por el que vinimos. Lo malo, nuestro barco se ha soltado del amarre.

-¡Maldición!- maldice Jack.

Escuchamos un rugido muy muy cerca, nos miramos con miedo, el gigante se acerca.

Miro a Jack y le digo:

-Recuerda cuando te enseñé, tú puedes, creo en ti- le doy un ligero beso en los labios para darle confianza. Nunca le gustó el agua. Me tiro al agua, está helada, es profundo y está y está repleta de hojas por el otoño. Asqueroso. - ¡Vamos!- le digo justo cuanto una mano gigante intenta atraparlo. Puff por los pelos...

Nos sumergimos, bajo el agua y emergimos cuando nos falta oxígeno, vemos desde la distancia al gigante pegando chillidos y destrozando los árboles más cercanos, una nube de hojas cae al agua, ensuciándola más.

Bendito el maestro ciego que nos enseñó que los gigantes no pueden nadar.

Tras no más de cinco brazadas, llegamos al barco. Aún nos queda largo camino por recorrer.

Tras dos días a la deriva, secos y nutridos, Jack y yo observamos orgullosos nuestro hallazgo, nuestro más jugoso tesoro.

Vemos la ciudad a lo lejos, estamos en casa, nuestro hogar inmundo, la cloaca más envenenada y feroz; tienes que tener cuatro ojos, cualquier cosa puede pasarte, pide auxilio, que no recibirás respuesta, nadie te ayuda. Estás sólo.

Saludamos con un gesto de cabeza a Nizan, el guardián más allá de la ciudad. Tiene los dientes torcidos, la cara y manos sucias, es uno de los más peligrosos de la ciudad.

Llegamos a "casa", vacía, polvorienta, de estar semanas sin aparecer; no es más que una chabola con lo básico, una cama de matrimonio, cocina, aseo y un par de ventanas.

Saco nuestro hallazgo y la poso sobre la mesa, la única mesa, pregunto:

-¿Qué vamos a hacer?- miro a Jack.

-¿Cómo que qué vamos a hacer?, vamos a entregarla y cobrar nuestra recompensa.

-Pero, es muy poderosa- le digo acariciándola.

-¡No! No, no, no– niega mirándome- Nos podrán matar, además, ya sabrán que hemos llegado.

-Ya...Nizan- digo y Jack asiente- pero....

-Nada de peros- me corta.- Dúchate, después iremos a entregarla.

-Está bien- digo resignada- Pero, ¡espérame!

-No me iría sin ti, a ningún lugar- estas cosas hace que lo ame aún más.

Con un chirrido abro el grifo del agua caliente, con la esperanza de poder disfrutarla, no la hay.

#LMDEinktober 2017Where stories live. Discover now