Primer día de clases.

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"Vaya, a pasado un mes desde que llegué a México, es un lugar muy bonito, tiene distintos lugares turísticos y las personas son muy amables pero no es mi hogar, no es Londrés, lo extraño demasiado, extraño el frío, extraño mi antiguo instituto, extraño mi antigua casa, extraño a mi madre, extraño todo, en México también hace frío pero es más cálido que en Londrés, demonios, sí no fuese por culpa del trabajo de mi padre no estaría aquí"

-Arien, vas a llegar tarde sí no te das prisa.- La voz de mi padre me sacó de mis pensamientos, no me dí cuenta de que estaba haciendo lo mismo desde hace 5 minutos, ya me había duchado, me había vestido, había desayunado, me había cepillado los dientes y también había arreglado mis cosas pero estaba pensando mucho en mi antiguo hogar, Londrés era el lugar donde más tiempo había vivido, 2 meses para ser exactos. Bajé al Living de la casa para ver a mi padre sentado en el sofá leyendo el periódico, él es Australiano, su cabello es de un color rojizo pero muy ligero, es más castaño que rojizo, su tono de piel es morena clara, sus ojos son verdes aceitunados, tiene un buen cuerpo porque le gusta ejercitarse, a pesar de tener 35 años se ve muy atractivo, es por eso que muchas mujeres lo persiguen y tratan de salir con él, además de que quieren su dinero, eso lo e notado en todas las mujeres con las que a salido, ¿Dónde está mi madre?, fácil, ella aún vive en Londrés con su nuevo esposo, mis padres se divorciaron cuando yo tenía tan solo 12 años, mi madre es una mujer muy guapa, de un cuerpo espectacular a pesar de tener 32 años, lo mantiene así porque es modelo, ella es inglesa, su cabello es de un color rubio muy hermoso, su tono de piel es blanca y sus ojos son azules como el mar, sin duda mis padres son muy guapos.-¿Ya estás listo?- Dijo mi padre.

-Sí padre, por favor vámonos.- Fue lo único que dije mientras suspiraba un poco y caminaba hacia la puerta para poder salir, en verdad estaba muy nervioso, no es como sí no estuviese acostumbrado a cambiar de instituto muy seguido pero era muy tímido, además de que mis enfermedades no me permitían ser tan feliz como quería, seguramente hasta este punto se estarán preguntando.... ¿De qué enfermedades hablas?, se los diré. Desde que cumplí 13 años fui diágnosticado con trastornos psicológicos, los cuáles son: Trastorno Obsesivo Compulsivo y Trastorno de Ansiedad, ambas las controlo con medicamentos especiales que me recomendó el doctor, ahora se imaginarán lo que es vivir con el miedo de mudarte a un nuevo lugar, entrar a un instituto y que todos te molesten por padecer tales problemas, no es lindo.

-Arien, ya llegamos.- Mi padre habló mientras detenía el auto y me miraba dedicándome una sonrisa, yo lo miré y trate de devolverle la sonrisa pero lo único que logré fue hacer una mueca, mi padre suspiró un poco y se acercó a mí.-¿Tomaste tus pastillas?- Me abrazó mientras lo decía y después volvió a suspirar, yo solo asentí tratando de no pensar en todo lo que podría suceder hoy, él se alejó y me miró.-¿Quieres qué te acompañe hasta la entrada?- Negué con la cabeza y suspire saliendo del auto, lo rodeé y cuando iba a caminar hacia la entrada mi padre habló.-Te quiero hijo, verás que hoy será un excelente día.- Se fue después de sonreírme y yo entré al instituto, era muy grande.

Tras varios minutos buscando el aula que me había dicho el decano del instituto justo cuando me entregó mi horario lo encontré, estaba a tan solo unos pasos de él, me sentí aliviado, comencé a caminar hacia el aula para poder entrar, así que me acerqué a la puerta y mire hacia adentro, había algunos alumnos dentro de esta y al entrar todos pusieron su atención en mí, me sentí bastante incómodo pero decidí ignorarlos, suspiré un poco y tomé asiento, el primer asiento lo tomé y deje mi mochila en el suelo, solo me dediqué a jugar con mis manos nervioso. Minutos más tarde entró el profesor y detrás de él los demás alumnos, él saludó y todos respondieron menos yo, él miró a todos y después me miró a mí, oh no, sabía lo que seguía.

-Oh vaya, veo que tenemos un nuevo estudiante.- Por favor no lo diga.-¿Por qué no vienes y te presentas a la clase?- Él sonrió y me indicó que me acercara al frente, estaba muy nervioso, mis manos estaban muy frías, mi corazón palpitaba rápidamente, me levanté y caminé hasta donde él me dijo, miré a todos y justo en ese momentos todos mantenían su mirada puesta en mí, odiaba eso, lo odiaba demasiado.

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