Un hombre de un aspecto intimidante vestido completamente de una túnica negra se acercó a la entrada de lo que sería un campamento con algo en los brazos que era cubierto por una cobija igualmente negra como su túnica. Su presencia iba acompañada con la luz de la luna que indicaba el camino al igual que el canto de algunos grillos y aullidos al fondo, haciendo su caminata un poco más tétrica.
Se acercó hacia una mujer de largo cabello castaño atado en una trenza y ropas sencillas que lo había estado esperando, al momento en que lo visualizó se acercó.
—Señor...
— ¿Alguien más sabe lo que está ocurriendo aquí? —no dejó terminar a la mujer cuando ya había articulado esa pregunta con tono serio.
—Nadie más, solamente yo y los de mi confianza. —la voz de la mujer era sutil y calmada.
—Bien, recuerde que debe de haber discreción en este asunto, y cuando sea el momento debe decirlo. —la mujer asintió con determinación. —Se quedó dormido. —le entregó el pequeño bulto en la cobija, la mujer lo tomó con sumo cuidado bajando un poco la cobija dejando al descubierto el bello rostro del pequeño bebé.
—Es tan pequeño. —acarició el rostro de la criatura sonriendo.
—Está a su cuidado, mantenga el secreto.
Después de decir eso aquel hombre se dio la vuelta desapareciendo mientras caminaba dejando detrás los ecos de sus zapatos al momento de caminar.
La mujer volvió su vista hacia el pequeño en sus brazos sonriéndole, el pequeño empezó a abrir sus ojos poco a poco dejando ver ese bello color amatista fijándose en el rostro de ella.
—Lucy. —la llamó un joven posicionándose a un lado de ella. —Es mejor que entres, podría ser peligroso.
La mujer lo vio asintiendo y lo acompañó adentro para después los guardias cerraran las puertas detrás de ellos. Caminaron por el campo hasta llegar a una casa al fondo. La casa era grande, de madera oscura con balcones en cada ventana, a los costados había antorchas que iluminaban el camino de adoquín que daba hacia las tres escaleras de la entrada, detrás de ella el lago que reflejaba la luna de esa oscura noche.
Al subir las escaleras se escuchó el crujir de la madera, el joven abrió la puerta con cuidado dejando pasar primero a su acompañante y luego él cerrando la puerta de nuevo. Lucy se encaminó hacia las escaleras para llegar a lo que sería el baño principal.
— ¿Crees que esto es correcto? —preguntó el joven ayudando a colocar el agua sobre el pequeño cuerpo del recién nacido.
—Totalmente, aquí estará a salvo. —enjuagó el cabello del pequeño. Volteó a ver a su acompañante esbozando una sonrisa de tranquilidad. —Te preocupas demasiado, Alec.
—Es normal supongo, después de todo es mi hermana quien va a cuidarlo.
—Todo saldrá bien, hicimos una promesa y debemos cumplirla. Él vivirá tranquilo aquí.
Una vez terminado de bañarlo lo tomó con cuidado colocándole ropa nueva y limpia que ella misma había escogido para él. Lo dejó un momento acostado en su cama, se dio la vuelta tomando la cobija negra con la que había llegado incluido el collar con el rubí.
—Debemos ser precavidos, este campamento es especial y ahora más que nada hay que protegerlo. —le colocó el collar al pequeño que lo tomó entre sus manitas.
— ¿Cómo se llamará?
La amable mujer miró al pequeño con una sonrisa, admirando esos bellos ojos amatista cerrarse poco a poco debido al sueño que empezaba a surgir en él.
—Dimitri, su nombre será Dimitri.
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Divided Nature
Fantasy"Nefilin... Perkele... son lo mismo, pero... ¿qué es? ¿Quién soy? ¿Qué soy?" Dimitri es especial, un híbrido diferente a todos los que habitaban aquel campamento. Un ser que toda su vida pensó que era puramente demonio, ¿qué cambió? Manifestar otro...