INTRODUCCIÓN

442 14 2
                                    


ANTES DE ESCUCHAR A OSHO, yo entendía el zen simplemente como una colección de acertijos incomprensibles, situaciones imposibles y unas cuantas historias divertidas. De alguna manera yo creía que debía de tener un significado oculto, pero nadie parecía capaz de resolver el rompecabezas. Pero entonces, gracias a una serie de maravillosas «casualidades» que constituyen la historia de mi vida, llegué a ver y a oír a Osho. Osho no habla sobre el zen: él es un maestro zen, al igual que lo es de toda la variedad de religiones sobre las que habla, ejerciendo la maestría de su esencia. Hable de lo que hable, lo hace desde su propia experiencia del fenómeno, y en un lenguaje tan claro y simple que el enigma se resuelve inmediatamente y sin destruir su misterio. En estas charlas Osho expande e ilumina los sutras del maestro zen Sosan; los ilumina a la luz de nuestras experiencias en este mundo, para que así puedan tener significado para nosotros. Siendo un maestro del silencio y un maestro de las palabras, Osho sirve de puente entre el vacío de la no-mente de Sosan y el mono parlanchín que llevamos dentro. Estos sutras, llamados en chino «El libro de la verdadera fe», son las únicas palabras que Sosan pronunció, y como tales son muy poderosas. Osho dice de ellas:

Estas palabras son atómicas, están llenas de energía. Siempre que una persona que se ha realizado dice algo, la palabra se convierte en semilla y durante miles de años permanecerá como tal y buscará un corazón. Si tú estás listo, listo para ser su terreno, entonces estas palabras, estas palabras tremendamente poderosas de Sosan, están todavía vivas. Son semillas; entrarán en tu corazón si tú se lo permites y te transformarán.

Pero nuestros corazones se han cerrado a las palabras de lo infinito: Dios, iluminación, amor, divinidad; todas ellas han sido tan mal usadas que se han vuelto absurdas y sin sentido. Osho muestra el significado de las palabras de Sosan en sí mismo, en su ser, y nos prepara para aceptar estas experiencias en nosotros mismos. Con sus charlas nos conduce a través del laberinto de nuestras sofisticadas mentes hasta el punto desde donde, si nuestros ojos están claros, podremos ver la realidad. Desde lo racional, nos lleva al borde de lo irracional, hasta el punto desde el cual, si nuestros oídos están afinados, podremos oír el sonido de una sola mano aplaudiendo. Con las meditaciones que él mismo ha inventado, Osho ha creado para nosotros situaciones en las cuales hay la suficiente energía y la oportunidad de despojarnos de todo lo que vela nuestra visión y tapona nuestros oídos: nuestro pasado, nuestra represión y nuestra mente. Osho ha hablado acerca de todos los maestros iluminados que ha habido en esta Tierra, no con la intención de hacernos creer en algo o convencernos de alguna idea, sino para mostrar nos los diferentes caminos que nos acercan a la multifacética y contradictoria realidad. No le interesan las teorías ni las filosofías ni los «...ismos», porque estos son, dice, lo que está entre la realidad y nosotros. Él siempre recalca que para alcanzar la realidad, Dios, la iluminación, el nirvana, o como quieras llamarlo, debemos encontrar nuestro propio camino. Cuando habla sobre Sosan, Jesús o Buda, el enfoque de Osho permanece en nosotros, los individuos buscadores, y en nuestro crecimiento hacia nuestra propia realización. Así, dice:


Tú eres el camino y la meta, y no hay distancia entre la meta y tú. Tú eres el buscador y lo buscado; no hay distancia entre el buscador y lo buscado. Tú eres el devoto y la devoción. Tú eres el discípulo y el maestro. Tú eres el medio y el fin. Este es el Gran Camino.

EL LIBRO DE LA NADA (COMPLETO)Where stories live. Discover now