~ Capítulo 4 ~

367 24 15
                                    

¿Qué se supone que ha dicho? "No son nuestros hijos" Edgar tuvo que taparme la boca con su mano

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

¿Qué se supone que ha dicho? "No son nuestros hijos" Edgar tuvo que taparme la boca con su mano. Mis ojos se agrandaron y de mi boca casi sale un pequeño grito de sorpresa...

¿Por qué ha dicho eso?

No puedo evitarlo más. No puedo hacer como si nunca hubiera escuchado algo así

Me libero de la mano de Edgar y me dirijo a ellos, los cuales se sorprenden mucho al verme. No se esperaban que alguien pudiera estar escuchando las barbaridades que salían de sus bocas, es más, supongo que no pensaban que podríamos estar en casa...

Irina: ¿Cómo has dicho? ¿Cómo que no somos vuestros hijos? ¿¡Qué leches significa eso!?

Estoy enfadada. Siento la sangre hervir dentro de mí, mis puños están muy apretados, tanto que me he llegado a clavar mis uñas en las palmas de mis manos. Siento mi ceño fruncido, mis mejillas coloradas de cólera, mis labios apretados del enfado y nervios que mi cuerpo soporta en este momento, podría jurar que mi pupila se agrandó un poco y que como siga apretando así mi mandíbula, esta podría romperse junto con mis dientes blancos, ahora apretados unos contra otros intentando mantenerme cuerda y no estallar

Ellos se quedan en silencio un buen rato, completamente sorprendidos y asustados. No saben cuánto escuché de su conversión ni lo que sé. Pero están ahí, inmóviles, esperando algún movimiento o contestación por mi parte. Son como niños a los que su madre acaba de pillar en una de sus muchas travesuras, no saben si correr, llorar, o pedir perdón. Y por eso están así, intentando descifrar que coño está pasando... Al igual que yo, y como no obtenga una respuesta aceptable de su parte, realmente van a verme más enfadada de lo que ya estoy, y eso es decir mucho

Jane: H-Hija... Ya has llegado...

Irina: Sí, mamá. Ya estoy en casa. ¿Y ahora me puedes decir, por favor, que narices está pasando aquí? Y quiero una buena respuesta, no me valen mentiras

Estoy intentando controlarme, mantener la calma. Aún así, no creo que pueda seguir así mucho tiempo más. Ahora mismo es como si estuviera en la cuerda floja, intentando no caer, con miedo a perder la poca cordura que me queda y empezar a romper cosas y soltar por mi boca muchas palabras de las que seguro después me arrepentiría

Edgar, como vio que me estaba saliendo de control, se colocó a mi lado, apoyándome. Eso me sirvió un poco para calmarme, pero aún seguía enfadada y quería respuestas

Grace: Verás, podemos explicarlo, de vedad

Edgar: ¿Y a qué esperas? Llevas toda la vida diciéndonos que no tenemos que mentirnos entre nosotros. Y ahora nos mudamos aquí, y esa "gran" frase tuya se va a la porra. ¿En qué nos habéis mentido? ¿De qué os conocéis?

Edgar hablaba seguro, se le notaba que también estaba enfadado y frustrado, pero se mantenía en sus cabales. Le agradezco que esté aquí conmigo, no sé si yo podría con esta situación estando sola

SecretosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora