Capítulo VII

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Todos esos días me había sentido mal, pues cada vez venía más el estrés en mi casa, había días en los que no quería probar ni un bocado de comida porque no tenía hambre, solo quería dormir y dormir, mi rutina era llegar a mi casa, fingir que todo estaba bien y recostarme en la cama hasta que quedara dormida unas 6 o 7 horas, cuando despertaba ya era de noche y estaba obscuro, y como de costumbre mi mamá me dejaba sola, abandonada.

Todo el día se dedicaba a trabajar y cuando llegaba ponía en su teléfono a platicar, o los fines de semana a salir con sus amigos y amigas.

Yo sentía que me derrumbaba cada vez que iban pasando los meses, yo me seguía sintiendo mal, todo el tiempo estaba cansada, malhumorada, triste, sin apetito, distraída, en la escuela me ponía a escuchar música, a todo volumen para que todos dejaran de molestar, y que viviera en mi propio mundo, quería estar sola, y dejar de pensar en el, yo no tenía planeado que me gustara, yo quería que fuera diferente, que fuéramos algo más que amigos.

Aunque eso no pasaría, él se enfocaba más en otras cosas que pensar en mi, vi solo eso, que no le importaba lo que me pasaba de un día a otro, no lo entendía, en cómo dos personas que se querían, defendían, reían, de la nada se dejaran de hablar, no entendía porque me había ilusionado con abrazos, besos en las mejillas, en la cabeza y en cómo sentía su respiración cerca de mi cuello, y como olía mi perfume, y me abrazaba durante mucho tiempo, y siempre quería hacer contacto físico conmigo, por mas que me alejara para no tocarlo, él con un roce de manos era más que suficiente.

Me estaba enamorando de él cada vez más que pasaban los días, esto me iba consumiendo, cada vez más y más.

Me di cuenta que cuando no funciona con una persona, no hay que forzar las cosas, aunque ames tanto a esa persona, hay que aprender a soltar, tú te vas bien porque diste todo por esa persona y si no supo valorarlo, cuando la vida te niega algo, significa que algo mejor te espera. Que algo va a venir mucho mejor para ti, y que está guardado para algo mejor en tu vida.

Sentía que no encajaba en ningún lado, en ninguna parte pues estaba sola de por medio, no tenía con quien contar, ni con mi familia, solo era Julia, sola contra todo.

Me sentía cada vez peor, de la nada se alejó de mi vida, ya no me hablaba como antes, ya no me abrazaba ni me daba cariños, me volvía a sentir sola, quería llenar ese vacío que tenía dentro con alguien que me quisiera y supiera lo que sentía, aunque no era así.

Ya no le hablaba mucho, rara vez, cuando me lo topaba de frente lo saludaba con la mano, sentía que me iba derrumbando, sentía cada vez un vació dentro de mi, todo el tiempo lloraba, y salía afuera de mi casa ciertas horas, llegaba en la noche, siempre estaba afuera de mi casa en la noche.

Me sentía un

Estorbo
Un problema
Un error...

Y después de tiempo ya no podía más, tenía pensamientos en lo que me preguntaba, si la gente le importaba mi existencia, si alguien me quisiera en su vida, aunque no era así.

Me di cuenta de quienes empezaron el año conmigo y quienes terminaron conmigo, aunque ninguno de los amigos que tenía se quedó conmigo.

Tenía una soledad por dentro muy fuerte, me dolía, no tenía de quien sostenerme, de quien apoyarme y decirme que todo estaba bien.

Sentía que con él era diferente, que él me hacía sentir completa, pero no sabia el repentino cambio que tuvo al no hablarme.

Esa era mi vida, mi comienzo de vida, con el que no me sentía satisfecho por todo el cambio emocional en mi vida, y físico, de todas las cosas que cambiaron en mi vida. El divorcio de mis padres, mis amigos que nunca estuvieron para mi, y cada vez como se iba derrumbando mi autoestima personal, me sentía inútil. Había días en los que podía valorarme y en los que no.

Todo el comienzo de mi vida, iba empezando de la manera que yo no esperaba...

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