Las piernas me pesaban, cual si de dos grandes bloques de cemento se trataran, mi cuerpo entero se sentía demasiado agotado como para entrar por aquella puerta de cristal, me negaba a confirmar la más triste de mi vida.
Mis manos, se empuñaron sobre mi falda de punto, pues a pesar del invernal clima, yo estaba sudando. La puerta se abrió frente a mí, soltando una ráfaga de aire que me caló los huesos; había café en la esquina y flores blancas, un raro presagio de una guerra.
Mi piel estaba azul, me adentro al pequeño cuarto al fondo, debo verme faltar, oigo como una lágrima caliente chorrea al quemar mi mejilla; todos se abalanzan sobre mí, escucho mi nombre: "lo lamento mucho, Selene", pero no puedo decir nada, ni siquiera reconocer quien me toca y me aprisiona, es como si me impidiesen llegar al final del pasillo.
Mis ojos se llenaban de lágrimas conforme mi, pesado, andar; me sentía ansiosa y sin ganas de descubrir lo que lo causaba, pero, por alguna razón, no podía detener el magnetismo de la escena a mi curiosidad...
De repente, todo se tornó gris, frente a mis pupilas bermellón, yacía "él". La caja era color violeta y sus labios aún seguían rosados, sus pestañas color caramelo golpeaban contra sus mejillas permanentemente; lo observé, Carlo, había sido mi todo durante años, por un instante pude ver en retroceso el momento en que entré al salón y me deslumbré ante el brillo de sus ojos menta, las conferencias científicas donde yo sólo reflexionaba en sus hoyuelos, cada beso, el sabor de su piel,mas, prestamente, mis ojos cesaron la tormenta; vi a mi alrededor, mire cada rostro flotante, irreconocibles en ese instante, y sólo notaba la traición de una muerte no anunciada por ninguno, a mí...
Era mediodía, olía al café machiato de Carlo, pero no a él; me senté en el tatami de la sala y me puse a leer el periódico, hábito raro en mí pero no en "él"; pase La hojas con rapidez, aún crujían, mi novio no las había tocado siquiera, no ponía demasiada atención hasta que algo me saltó a la vista:
"Carlo Estefan Guianni Garza
Se encuentra en la capilla de la funeraria "Memento"
La misa se llevará a cabo en la iglesia de Santa María del Sagrado Corazón de Jesús..."Fue una cubetada de hielo helado en mis hombros, y, a partir de ahí, lo último que recuerdo es llegar hasta aquí, pensar en que justo esa iglesia sería la de mi boda, pensar que aquél café había sido una fantasía y que el periódico fue dejado por alguien más; "él", estaba ahí frente a mí, luego de entregarle mi vida a pesar de todo, del amor que le profeso, pero todo eso ya no era lo suficiente para apiadarme de él; ya no había más que lágrimas secas en mi rostro, ahora mi piel se tornaba rosácea y mis nudillos blancos, rabiaba por dentro como nunca; cómo, luego de tantos sacrificios, sale de la casa y no es ni para volver a casa, cómo es que ahora los fantasmas detrás mío me intentan consolar sin siquiera avisarme antes, cómo se atreve a abandonarme entre la nebulosa realidad y, aparte, luego de haber salido de un portazo de la casa; no había duda, esto era premeditado, pues aunque suene increíble, esto es obviamente la jugarreta de "él" y el destino para tambalearme de pronto. "-!Qué taimado¡, ni para avisar que te ibas fuiste capaz, ni siquiera a la mujer que te amo, sólo has de servir para hacerme rabiar".
Mi cantaleta seguía aumentando, junto a mis ganas de golpearlo para ver si respondía, para ver si me dejaba ver el aceitunado brillo en su mirada una vez más, que me escuchara reprocharle que porta mejor el saco negro use el gris y que por una vez, me dejase decirle que lo he amado mucho antes de darme cuenta...
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Te quiero en mi vida (La tragedia de Daniel y Viena)
Romance"Perdón", esa palabra se volvió mi muletilla preferida; él la odiaba, al igual que yo, pero no reflejaba sino la culpa escondida tras un amor perfecto. Me siento tan libre en tus brazos, pero tan triste y cautiva cuando pienso en nosotros; ¿cómo hag...