Mi ángel de la muerte

Introducción.

-Y bien señorita Sallow, ¿esta vez hablará conmigo?- volvió a preguntar como cada tarde de nuestra sesión
-¿Con qué objetivo?- pregunte con voz débil
-No lo sé, es un hermoso día, el sol está brillando, los pájaros cantando- mencionó con un tono cantarín
-No creo que este tipo de método sirva conmigo, señor Black- señale con tono un poco molesto
-Lo sé, solamente estoy haciendo que el proceso sea menos difícil para usted- recalcó
-No podría ser menos difícil de lo que ya es. Además si comienzo a hablar ni usted ni nadie creerá lo que digo- mencioné con desdén
-¿Y eso usted cómo lo sabe? Por si no lo sabe me pagan una gran suma por escucharla y no juzgarla- afirmó
-¿Así que es eso no? Solamente hace esto por el dinero que le paga mi abuela- mencioné con un poco de ira
-No, no vaya creer eso. Si bien una de las razones por las que estamos aquí es el dinero obviamente, también es porque me siento cautivado por su historia- dijo con voz nerviosa
-¿De que historia me está hablando?- pregunté confundida
-La historia que salió en los periódicos. Fue usted portada del periódico local- habló orgulloso
-No puedo creer que haya creído o siquiera leído lo que escribieron esos inútiles- mencioné furiosa
-Cuidado con sus comentarios, señorita Sallow. Recuerde usted que estamos en un lugar lleno de armonía y paz- dijo con tranquilidad
-Si, si usted y sus ideas pacifistas. Ya entendí- comenté 
-¿Entonces? ¿Comenzará a hablar?- preguntó entusiasmado
-Está bien. Solamente quisiera preguntarle ¿por qué usted está interesado en esta historia en la que nadie cree?- volví a preguntar cómo cada ocasión
-Porque soy una persona a la que le interesa escuchar algo fuera de lo normal. Créame cuando le digo que en este pueblo no ha sucedido algo más interesante que su historia, excepto por la noticia que salió hace algunos años sobre un tipo que supuestamente encontró un cádaver de ovni en las montañas. Eso si que fue una historia graciosa y cautivadora- dijo sarcásticamente
-Vaya, usted si tiene sentido del humor eh - mencioné con humor
-Sólo un poco, pero ¡vamos! Usted mejor que nadie sabe de lo que hablo. Ha vivido aquí la gran mayoría de su vida y sabe perfectamente que en este pueblo abandonado no hay mucho que hacer-dijo un poco triste
-Bueno, si lo pone de ese modo
-Así que...
-Bien, pero tiene que prometerme una cosa- señalé un poco nerviosa
-Lo que sea
-Tiene que prometerme que lo que le cuente aquí y ahora no saldrá de esta habitación, esto quiere decir que no puede mencionarle nada a mi abuela ni a nadie- recalque
-Puedo preguntar por qué
-Simplemente tiene que ser así
-Está bien. Como usted lo desee
-Bien. Todo comenzó cuando...