(Near's POV)
Estoy jugando con mis muñecas, como de costumbre. Y como de costumbre, los otros huérfanos varones en la casa de Wammy me están mirando muy extraños. Por supuesto, no me detengo. Los sentimientos de vergüenza y la vergüenza no tienen cabida en mi corazón.
Más específicamente, los sentimientos no tienen ningún lugar en mi cuerpo.
Hay una cosa que me gusta y son los juguetes. ¿Por qué? Usted se estará preguntando.
Los juguetes pueden ser controlados. Los juguetes están atrapados sin emociones ni sentimientos ...
Sólo.
Me gusto.
Yo.
—Near, ¿no te parece extraño que tengas catorce años, un niño, y aún juegas con muñecas?— Reconozco la voz de inmediato. Siempre hago.
—Buenas noches, Matt,— dije en voz baja.
—también para ti—, dice en un tono amistoso. La existencia de Matt no tiene sentido, como la de todos, pero ... él ... No, al final, es tan inútil.
—Entonces, ¿por qué te gustan tanto los juguetes?— Él pregunta.
—Juegos ...—
—¿Qué?— Su ceja se arruga. En serio, ¿por qué eres amigo de él, Mello?
—No cuestiono tu obsesión con los juegos ...—
Matt simplemente me mira. Escucho un suspiro. Inmediatamente, mis oídos se animan.
—Buenas noches, Mello—, digo
—Hola, Near—, él asiente hacia mí. Él no es diferente de nadie más, solo otro ser humano. Sé que él me odia. Es probablemente la cosa más obvia del mundo. No me importa que me odie. No hace la diferencia.
Matt lo abraza y durante un segundo, siento algo en el estómago.
¿Qué fue eso?
Comienzan una conversación mientras continúo jugando con mis juguetes. Antes de darme cuenta, es hora de ir a la cama y todos ya se han ido.
—¡¿Quién está aquí?!— Escucho una voz alarmada.
—Cálmate. Soy yo—, le digo
Mello enciende la gran luz y respira. Él pone el bate abajo, afortunadamente.
—¿Qué diablos estás haciendo aquí, Near?— Gruñe y me agarra por el cuello de mi camisa.
Lo miro a los ojos y me doy cuenta por primera vez de lo azules que son
Nos quedamos así por un tiempo, por extraño que sea. Él me sostiene así. Ni una vez trato de escapar. No creo que lo haría si pudiera.
Nos apoyamos más y más ... y Matt irrumpe a través de las puertas. Mello me deja caer.
—¡Oigan chicos! ¡No me dijeron que estaban teniendo una fiesta!— Miro fijamente al pelirrojo y continúo más allá de él sin decir una palabra.
—¡Maldito sea!— Escucho la voz fuerte de Mello. Lo ignoro y voy a mi habitación
Al día siguiente........
Me siento en mi habitación, jugando con mis juguetes otra vez. Mi habitación es probablemente uno de mis lugares favoritos en el mundo. Los juguetes cubren todas las superficies vacías. Las paredes, la cama y el piso son blancos.
Alguien entra groseramente a mi habitación sin llamar.
—¿Puedo ayudarte, Mello?— Miro al chico. Él está despeinado. Su sucio cabello rubio es un desastre. Su ropa no está puesta correctamente Y ... él tiene una marca roja en su cuello.
—¿Pasó algo malo, Mello?— Pregunto.
Él se ríe cruelmente. —¿En serio, Near— Eres un niño tonto. Es gracioso—. Él me da una sonrisa oscura. Si fuera normal, tendría ganas de estremecerme. ¿Qué le pasa hoy?
—¿Qué?—
—¿De verdad no sabes por qué me veo así?— Él agarra mi cuello y me levanta del suelo.
—No.....—
—Near, ¿sabes lo que es el sexo?—
Me sonrojo y miro a cualquier lado menos a Mello.
—Finalmente, conseguí que reaccionaras—, susurra en voz baja.
—¿Con quien?— Pregunto, en realidad no queriendo saber la respuesta.
—No es importante.— Él ignora la pregunta por completo. —Oye, hagamos un trato, ¿de acuerdo?—
Dejo de sonrojarme y miro a Mello —¿Qué?—
Levanta mi avión con una de sus manos mientras que el otro todavía me sostiene.
—¡Oye!— Yo protesto.
—Recuperarás tu juguete si tengo un juguete propio—.
—Ve a comprar uno—, le digo sin rodeos.
Él ríe fríamente otra vez y sostiene un dedo en mi boca.
—No, Near, por crear tantos problemas en mi vida ... eres mi juguete—.
Mi cara parece que está ardiendo. —.........¿Que acabas de decir?— Quizás lo escuché mal. Quizás esto es todo una broma enferma.
—Tú eres. Mi. Juguete—.
........ Creo que tengo un problema aquí. Su cálida lengua se balancea hacia adelante y hacia atrás contra mi cuello. No quiero que se detenga. Quiero decir que solo tengo curiosidad, nada más ...
Eso no es cierto en absoluto. Quiero a Mello, el chico impulsivo y hormonal que me deja rastros de chupetones en el cuello. Me siento vulnerable, débil, asustado y codicioso para él ... Me está haciendo sentir algo, algo enorme.
Él me besa en la boca. Su lengua no se funde con la mía. Lucha contra la mía, aplastándola, haciéndole saber que él es el que está a cargo.
¿Por qué no estoy gritando? ¿Por qué dejo que esto suceda?
Me alejo de él, recuperando el sentido. Todo encaja.
—Me amas—, le digo a la cara sonrojada de Mello. Sus ojos se convierten en rendijas.
—¡Te odio!— Él gruñe. —¡Lo arruinas todo, Near! ¡Voy a ser el sucesor de L! ¡YO, NO TÚ!—
Arrugo la frente. —Me amas—, insisto.
—No.—
—Me amas.—
—¡NO, NO LO HAGO!—
Está muy enojado ahora, pero no voy a parar pronto. Enredo mis dedos pálidos en su dorado cabello y lo beso dulcemente. No trato de dominarlo. No trato de ganarle.
Lo abrazo como si fuera lo más importante para mí en el mundo.
Nos besamos una y otra vez, explorando cada parte de la boca del otro. Ninguno de nosotros se detiene. Ninguno de nosotros puede.
Una semana más tarde..........
Hago que el tren se mueva rápidamente por la pista.
—¡Chhh-choo!—
Oigo un portazo.
—Near—, sisea Mello. —¿Cómo obtuviste tantos puntos más que yo?—
Me encojo de hombros con un pequeño brillo en el ojo. Tal vez me está yendo especialmente bien a propósito ... o tal vez, a Mello le va mal a propósito. De cualquier manera, nos tenemos el uno al otro.
—Voy a hacer que pagues—, promete en un tono amenazante. —Ahora guarda tus juguetes y vámonos a mi habitación. ¡Podríamos romper tu basura estúpida aquí!—
Obedientemente guardo mis juguetes. Él extiende su mano y me lleva a su habitación.
—¿Mello?— Digo su nombre una vez que la puerta está cerrada.
—¿Hmmmmm?— Él murmura mientras continúa desgarrándome la ropa.
—Vamos a jugar.—