Capítulos

Presentación

Hola, bienvenidos a mi diario, o mejor dicho a mi ECQ. Mi nombre es Valentina. Tengo 19 años y bulimia.

¿Por dónde empezar? Esto nunca tuvo punto de inicio. Llevo dos años yendo a una terapia para combatir el "mounstrito", como lo llama mi madre. Apolo que ella no tiene ni una semana allí dentro. Para que lo entiendan mejor, no es un manicomio, pero tampoco es un psicólogo chill; es una clínica con un grupo de autoayuda y un equipo de terapeutas, psiquiatras y demás. A decir verdad, es un lugar "perspertivoso". Haciendo un paréntesis () (jaja), me encanta crear palabras, pero no se puede preocupar, ya verán que me entienden igual. Reanudando, me refiero a la forma en la que la gente depende mucho de la perspectiva y el grado de aceptación de este por parte del ingreso. Para algunos es como un infierno helado y distante de todo lo que se conoce, para otros es una sola medicina que se puede usar para dejar una vida de mierda. Yo encajaba en el último grupo, ahora ya no sé.

Aclaro que en esta clínica no solo hay bulímicas y anoréxicas, tiene un encanto más diverso. Hay una pizca de bipolares, fronteras y casos de problemas de conducta, hipersexualidad e incluso un amiguito con Asperger. Es un mix encantador. Me lo uní en septiembre del 2015, cuando tenía 17 años. Estuve casi un año de tiempo completo, es decir, bye bye universidad, amigos y mundo exterior. Casi un año viendo las caras de los terapeutas, las pacientes, hermanos, mamá y su pareja. Pero no hay que ser injustos, fue un buen año después de todo. Mejoré mucho. A decir verdad, fue un año muy feliz y las últimas conductas de la enfermedad.

Aquí dentro suceden demasiadas cosas que se guardan en secreto dentro de estas paredes silenciosas que prefieren no oír y callar para no agrietarse. No fue la última vez que escribo, lo prometo. Siempre suelo olvidar mis diarios. No soy siempre ni en eso. Por eso decidí que esta vez sea mi ECQ "ESCRIBE CUANDO QUIERAS". Quiero contarles muchas cosas, pues merecen ser contadas. No solo mías, hay suficientes voces que solo tienen volumen ahí dentro y que necesitan tener palabra y tinta ahora mismo. Soy Valentina, tengo 19 años y algunas historias por narrar ...