7.5K 248 37
                                    

POV Camila
No pude dormir nada esa noche, la emoción corría por mis venas porque ese día era el primer partido de la temporada de fútbol femenil en Miami, era mi último año de la preparatoria. Mucha gente iría a ese partido, a todos les emocionaba por igual. No había lugar para equivocaciones.

—¡Hija, baja a desayunar o se te hará tarde!— gritó mi madre.

Terminé de arreglar mi cabello y me di una última mirada en el espejo, me veía radiante a pesar de no haber dormido mucho. Como tendría que quitarme esta ropa para usar el uniforme de fútbol, opté por unos jeans, una sudadera azul fuerte y mis zapatillas deportivas negras.

—Estoy tan feliz, no tienes una idea mamá— dije mientras entraba a la cocina y le daba un gran beso en la mejilla a mi madre. Saludé a mi pequeña hermana Sofi y abracé a mi padre.

—Más te vale que ganen ese partido, lo merecen— dijo mi padre sin quitar la vista del periódico.

La casa en la que vivíamos no era tan grande pero tampoco pequeña, las fuentes de trabajo de mis padres Alejandro y Sinu, eran muy buenas pero siempre gastábamos más en viajes y experiencias que en cosas materiales, teníamos fotos de nuestros viajes por todos lados. Ellos nunca fueron estrictos en cuanto a mi vida fuera de casa, confiaban en mí y por lo tanto yo trataba de ser una chica responsable, aunque de vez en cuando si me daba el lujo de ir a fiestas, emborracharme y bailar hasta el cansancio.

Admiré a la hermosa familia que tenía mientras desayunaba junto a ellos, hasta que sentí como vibraba mi celular en el bolsillo del pantalón.

Dinah: En 5 minutos estaré afuera de tu casa, más te vale que estés lista o te pides un Uber. 7:30 am.

Camila: Buenos días, estoy bien, gracias por preguntar ☺️. 7:31 am.

Dinah: Eres mi mejor amiga, no es necesario darte los buenos días. Trae tu gran trasero al coche. 7:36 am.

Me despedí de mis padres y salí de mi casa, le sonreí a mi amiga pero me ignoró totalmente y decidí molestarla, entré al coche y me lancé a llenarle de besos la cara.

—¡No! Aléjate aléjate aléjate, cuantas veces te he dicho que no me des besos— decía mientras me quitaba de encima de un solo movimiento y se miraba en el espejo retrovisor para asegurarse de que su maquillaje estuviera en perfecto estado.

—Mejor cállate y ponte a conducir, Jane, se nos hace tarde— dije sonriéndole a lo que ella respondió con un sonido de molestia y puso un disco de Beyonce, cantamos durante todo el camino al colegio.

Cuando llegamos todos nos saludaban con mucha energía, algunos nos deseaban suerte para el partido y otros solo miraban con admiración. Dinah y yo éramos las mejores del equipo, siempre nos dedicábamos a entrenar, en general las jugadoras del equipo eran muy buenas y lográbamos estar en tranquilidad siempre, no había envidias ni competitividad.

Las clases transcurrieron de lo más normal, los profesores al notar la emoción por el partido optaron por no dejar tarea para el fin de semana, lo cual hizo que mi día mejorara considerablemente. Al terminar todo Dinah y yo no dirigimos a la cafetería para buscar algo nutritivo que nos aportara la energía suficiente y nos dirigimos a las canchas de fútbol, había una pista de atletismo que rodeaba el área verde, también había gradas al rededor y el escudo de nuestro colegio estaba recién pintado para dar inicio a la temporada.

—Hey, Mila— escuché una voz femenina detrás de nosotras e imaginé de quien se trataba.

—Hola, Ariana— me dio un abrazo y hasta entonces notó a Dinah.

Darkness -- CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora