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POV Camila

Sentí que estaba flotando, como una especie de sueño pero en un lugar que jamás en la vida había visto, supuse que era una vez más, uno de los recuerdos de Lauren.

Era un lugar con algunas cabañas muy simples, una especie de aldea pequeña. No había algún ruido ni voces, ni personas. Caminé un poco hasta llegar a una de las cabañas, intenté abrir la puerta pero escuché pasos fuertes y muchas voces, venían entrando a la pequeña aldea muchos hombres con lanzas y arcos, con una chica atada a cadenas, no pude ver bien su rostro hasta que llegaron al centro del lugar, la pusieron de rodillas y jalaron su cabello para que alzara la cabeza.

-Lauren- susurré comenzando a acercarme.

El hombre al frente de todos era nada mas y nada menos que Cowell.

-Hace años, peleaba hombro a hombro con el cazador mas valiente y fuerte que he conocido, lo vi derrotar a tribus enteras de licantropos, íbamos a limpiar estas tierras de la sangre sobrehumana y sucia. -Habló alzando la voz y mirando a todos. -Pero fue seducido por lo que juró destruir. -Hizo una pausa dramática y levantó a Lauren jalandola. -Y dio vida, a un ser que nos destruira a todos si no la destruimos antes. -La arrojó al piso.

Me acerqué por inercia para ayudarla pero me detuve cuando la escuché reírse de forma cínica. Los hombres a su alrededor retrocedieron, Cowell llevado por la ira pateó su estómago, y pidió una espada de plata. Cuando la tuvo en su mano, pidió que hincaran a la híbrida frente a él. En este punto, yo temía más por la vida de esos hombres que por Lauren.

Mujeres y niños comenzaron a salir de las cabañas, las madres cubriendo a sus hijos detrás de ellas por miedo a lo que podría pasar.

-Hoy liberaré a ese gran cazador de este ser maldito. -Gritó mientras alzaba la espada.

En cuestión de segundos, Lauren se levantó, le quitó la espada y lo hincó frente a ella. Las cadenas que tenía estaban atadas al cuello de Cowell, él tenía terror en su mirada y el valor que se le veía anteriormente ya no existía.

-Me toca hablar. -Dijo Lauren. -Mi padre dejó esta vida y te dejó a ti, ¿qué te hace pensar que quitándole lo que más ama volverá?. -Acomodó su cabello como siempre lo hace, los hombres a su alrededor retrocedían cada vez más. -El día que puedas atraparme tu solo, podrás derrotarme, porque mira a cuantos hombres necesitaste.

Lauren miró a los lados y detuvo su vista en una mujer con sus hijos y sonrió.

-Es tu familia, ¿no?.

-Déjalos en paz. -Respondió Cowell.

-No estas en posición de pedir favores. -Lo levantó y lo arrastró al centro junto a un poste de madera. -Me aseguraré de que estés solo a partir de hoy, a ver si te quedan ganas de buscarme.

Lo amarró firmemente al poste y con una sonrisa vio como todos los de aquella pequeña aldea comenzaban a correr a esconderse. Río más fuerte y todo se volvió oscuro de nuevo.

Sentí los brazos de Lauren apretarme más fuerte, vi su rostro y ya estaba más relajado, seguía completamente dormida. Suspiré y la abracé más. Cada vez entendía un poco sobre lo que había sido la vida de la ojiverde, tantas personas que quisieron matarla en su momento, verla ahora esforzándose por no volver a ser lo que fue tiene más sentido.

Lauren si había sido un monstruo pero porque las personas que no entendían lo que era la llamaban como tal, pero personas que la comprendían y acompañaban como su familia, la hacían sentir bien, y perderlos por culpa de ese hombre, hacia que mis ganas de poder borrar esos recuerdos horribles de mi novia fueran inmensas.

Darkness -- CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora