Torpe pretencioso

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Un día cierto chico de cierta ciudad de cierto nombre despertó a la una de la mañana para evacuar sus eses fecales; mientras cagaba en el retrete recordaba las opiniones que había recibido de sus compañeros de universidad, todas ellas eran "positivas", sin embargo para Jaime no lo eran. Todas esas opiniones estaban vertidas en un cierto halo de, lo que llamaba Jaime estupidez, ansiaba que le dijeran que sus cuentos eran estiércol, materia fecal, diarrea, sida, mierda, orina, etc., pero nadie le dijo eso. A decir verdad los cuentos que Jaime escribía ni siquiera estaban terminados, eran similares al boceto de un dibujo o la carrocería de un auto, ¿Acaso alguno de nosotros ejercería su crítica sobre algo no concluido? Si bien lo que se podía apreciar de los cuentos redactados por Jaime era que su estilo de narración resultaba un calco de Foster y Bukowski, esto no necesariamente por influencia de ellos sino a que leía en cientos de blogs escritos por jóvenes idiotas como él, que ellos eran sumamente "vanguardistas" lo motivaba a querer ir por las mismas vías. Quizá y digo quizá porque no conozco a Jaime del todo (¿qué? No me voy a molestar en conocer a un idiota como Jaime), las críticas (que recibía Jaime de sus estúpidos cuentos) que más odiaba eran las de su madre, no porque fueran despectivas o cruentas, las detestaba porque eran criticas amables, y el aborrecía la amabilidad de su madre. Aborrecía tanto la amabilidad de su madre (y también la del mundo), que un día conversando con ella sobre un tema trivial, menciono esto: tanta amabilidad puede hartar, es necesario ser detestado por tus seres queridos de vez en cuando. Por supuesto su madre no le respondió, como hacia usualmente cuando no le comprendía. El "deseaba" ser repudiado y tener una vida de "de cualquier cosa menos algo agradable". Es decir pedía el dolor y el sufrimiento para sí, cuando no lo experimento, ni experimentará. Y si lo hiciera lloraría a mares como el cobarde, pusilánime, escoria y marica que es.

"Bajo el cálido sol de otoño un esposo esperaba a su amante, el esposo tenía nueve hijos, un empleo fantástico, un jodido Ferrari que en tu puta vida vas a poder comprar, una sonrisa que envidiaría el rey de las sonrisas...", escribía Jaime.

— ¿Rey de las sonrisas? ¿Qué puta mierda es esto? Dijo Jaime

— ¿Quieres callarte pendejo? Dijo el primo de Jaime.

El primo de Jaime, cuyo nombre no conozco, y ni me interesa conocer, vivía con él o mejor dicho con los padres de Jaime. El primo de Jaime era el típico chico de quien todo el mundo ser burla en...

[El autor de este cuento, no el narrador, está meditando si escribir o no el nombre de cierta empresa, esto debido a que la libertad de expresión esta limitada, excepto si usted pertenece al lobby LGBT, es feminista, afroamericano, musulmán, etc.]

Esa empresa cuyo logo es una F blanca con fondo azul...

[Por favor guerreros de la justicia social no me llenen de spam mi correo electrónico, suficiente tengo con mis acreedores]

Pertenecía a esos grupos autistas de Shitbook, ya sabes la creme de la creme en lo que denominamos escoria social, pero que nos importa el tarado primo del retrasado de Jaime.

Con regularidad el primo de Jaime le fastidiaba diciendo que todo lo que escribía era una porquería, y que mejor se dedicara a estudiar.

Cabe mencionar que Jaime estaba en la preparatoria, y el no hacía las cosas normales de chicos de su edad, usted sabe a qué me refiero (drogarse, escuchar canciones que alaben al narcotráfico, tener relaciones sexuales sin protección que lleven al sida o al embarazo, ser un imbécil que crea que es el cabrón más hijo de puta que ha visto el mundo. Bueno lo último si lo hacía). Jaime lidiaba con la típica situación cliché de ser el incomprendido, diferente, asocial. Es decir vivía con esa estúpida de que ser diferente es bueno, aunque el llevaba solo un estilo vacío, que hoy día casi cualquiera porta solo para sentirse especial, o sea algo patético que sufre la juventud de nuestro tiempo (el solo hecho de creerse que no son borregos, cuando lo son, de hecho todos lo somos. Me refiero a que todos necesitamos del sistema capitalista para vivir). Debido a esto las discusiones en las que Jaime participaba, siempre se caracterizaban por el llevándole la contraria a medio mundo solo porqué sí. Que si alguien estaba en contra del aborto, ahí estaba Jaime a favor. Que si alguien estaba en contra de la reformara migratoria de Don Donald Trump, ahí estaba Jaime a favor de que saquen de Gringolandia a todos esos "drogadictos" (si así los llamaba Jaime). En fin la lista sigue y sigue, de más está decir que todas estas discusiones terminaban en gritos al por mayor.

Nuestro protagonista un día de malas a primeras, vio un anuncio mientras escuchaba música que ni dios ni el diablo conocen, en dicho anuncio promocionaba una página llamada Wattpad, lo vio, y lo primero que encontró fueron un montón de novelas que él consideraba basura (el hacía estos juicios sin siquiera leer la puta sinopsis, ustedes dirán). Entonces hizo una cuenta y decidió que publicaría sus "trabajos" en aquella página. Sin embargo esto no resulto del todo bien ya que Jaime se las daba de revolucionario. Si bien el tipo de textos que publicaba no eran de los más usual ver, sin embargo esto no hacia su escritura buena, sino al contrario al no seguir una serie de reglas o si quiera el hecho de utilizar los tropos de una manera rebuscada solo porque sí, no garantizaba una calidad literaria excelsa. Pero según la visión de Jaime esto no importaba, ya que tarde o temprano reconocerían su talento, lo cierto es que a nadie le interesaba lo que escribía por ser demasiado aburrido. A pesar de eso consiguió que cinco gatos idiotas siguieran su trabajo artístico, sin embargo estos tipos más que alabar su obra se burlaban de ella, ante esto reaccionaba el como un chiquillo al que le han jodido sus juguetes. Y así siguió Jaime con su vida, siendo torpe pretencioso, y llevando la bandera de la pretensión en alto, ¡adelante Jaime, haz que tus camaradas pretenciosos se sientan orgullosos!

Torpe pretenciosoWhere stories live. Discover now