-¡ya voy, ya voy! -mencione desesperadamente al escuchar los llamados de mi madre, me había quedado pensando mirando el techo tanto que perdí la cuenta necesaria, suspiré profundamente para acto seguido levantarme de la cama-
Maldicion, como puedo ser tan jodidamente perezosa conmigo misma, apuesto que no era la única. Tome mis cosas necesarias para la escuela y camine por el pasillo bajando las escaleras con pasos tan cortos que sentía caer pero no importaba, como cualquier otra cosa.
- Siempre se te hace tarde por tus mañas Grace -y si, mi nombre es Grace- ¿tienes todo?, no falta mucho para que pase el transporte por ti.
Mamá piensa que ir en transporte es lo más seguro que ir caminando a la escuela como una persona normal que la mitad de la escuela lo hace, pero no nos olvidemos que son literalmente las 6 de la mañana, podría morir.
- Si mamá -conteste dirigiéndome hacia el comedor para sentarme y así ver mi desayuno de todos los días, no tardaba mucho en colocarme mi absurdo uniforme, conformaba de una playera polo blanca abajo y encima un chaleco color verde junto con la falda de un tono más fuerte, las típicas medias blancas que llegaban a las rodillas y los zapatos negros de gala- espera -me levante para caminar hacia el espejo y sostener mi largo cabello, no me gustaba peinarme, en realidad me desesperaba pero las reglas son las reglas, amarre mi pelo en una coleta y me quede mirándome por unos minutos, podía ver detalladamente mi rostro, mi nariz era algo boluda, mis ojos eran grandes, incluso toda mi familia eran de ojos grandes al igual que las pestañas, mis cejas estaban despeinadas pero no importaba, ni quiera se notaba por lo poco que era, salte un poco del susto hasta que el pitido del transporte me sacó de mis pensamientos, fui rápidamente por mi mochila.
- Mamá ya me voy -grité abriendo la puerta para después salir y cerrarla, subí con flojera, no es como tener la actitud perfecta para un día de escuela, mierda, solo un nerd haría eso, me senté en un asiento vacío-
- Hey grace tienes unas tijeras? -preguntó mi amigo Jairo haciendo que me girara para verlo, era desesperante su risa, su escandalosa risa, pero vamos, es un gran chico.
-Muy apenas tengo ganas de vivir -reí un poco por su cara al recibir mi respuesta, volví a girarme para ver a mi mejor amiga entrar torpemente, quite mi mochila del asiento vacío como si alguien lograra sentarse- hola puta
- Ya quiero salir -mire como acomodaba sus grandes lentes sobre el puente de su nariz, reí por su respuesta-
- Ya falta muy poco -tome su carpeta de trabajos para abrirla y así ver aquello que contenía, siempre Matt hacia cosas muy coloridas, era su estilo, incluso era una cerebrito, no como yo.
Mire por la ventana aún con la carpeta en manos, esta era mi rutina de todos los días, o al menos por estos dos años, ya pronto pasaríamos a la preparatoria que es algo diferente, me preocupaba demasiado el examen de ingreso, no se que haría mi madre y mi padre si no logro pasar, tal vez debería ir buscando una soga. Esperen esto es broma, no me suicidaría por algo tan estupido como un examen. Fruncí el ceño por mis tontos pensamientos y decidí sacar mis auriculares junto con mi celular, colocándome uno y dándole el otro a Matt como siempre, puse el modo aleatorio. La melodía comenzó, el sonido del piano era hermoso en cualquier canción, amaba ese sonido, esa sensación.
Después de cuatro canciones lo guardé en la mochila al darme cuenta que habíamos llegado, baje con mis cosas y mire el gran portón, como podría imaginarme que aquí es donde comenzaría todo.
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Pray
Humor-¿Por qué no juraste ser la persona que serías? Bienvenido a una historia no tan común como las demás.