Embarazo Adolescente

Cristal acababa de enterarse que seria madre primeriza, o al menos eso le decía la prueba casera que tenia entre sus manos, sintió una extraña mezcla de sentimientos ante aquel descubrimiento euforia, felicidad, asombro y temor. Mordió su labio aguantando las ganas de llorar, ¿Cómo le daría tal noticia a su familia? ¿Qué le diría al padre del bebé? ¿Qué haría con sus estudios? Esas y muchas otras preguntas pasaron por su mente mientras algunas lagrimas rebeldes se escapaban de sus ojos.

Respiro profundo saliendo del baño y encontrándose con sus dos mejores amigas sentadas en la cama que esperaban por ella y la noticia.

—¿Y, que salió? ¿Serás madre o no? — Cuestionó Lidia una de sus amigas, una chica un poco mas alta que el promedio.

Ella solo asintió moviendo levemente su cabeza, les entrego el test y se tumbo en la cama comenzando a llorar, las dos chicas miraron el pequeño aparato y luego a su amiga. Dejaron el objeto sobre una mesa y se acostaron con ella abrazándola e intentando consolarla, las tres eran las mejores amigas casi hermanas pues se conocían desde muy pequeñas.

—¿Cómo piensas decirles a tus padres Cristy? No creo que tu padre el señor estricto se lo tome muy bien. —

—¿Y el padre del bebé? No se como vaya a reaccionar Dylan, sabes que pase lo que pase nos tendrás a nosotras— Sonrío de manera amable Soledad o Sol para simplificar mientras acariciaba la cabeza de su amiga jugando un poco con su cabello.

Cristal sonrió sentándose en la cama, calmo poco a poco su llanto y seco sus lágrimas, respiro profundo mirando a sus amigas con una pequeña sonrisa.

—Gracias chicas... Intentare pensar una manera de decirles, gracias por apoyarme. Pienso seguir adelante con este bebé, no quiero negarle la vida.

Las tres muchachas se abrazaron, siempre estuvieron juntas en las buenas y las malas, ayudándose entre ellas siempre que se metían en problemas y planeaban seguir de esa manera sin importar cuanto tiempo pasara.

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Había regresado a su casa hace alrededor de una media hora y en esos momentos estaba cenando con su familia, si antes tenia miedo de hablar ahora aun mas pues su tía y su primo también estaban esa noche en casa. Tenia miedo que de repente le dieran nauseas y que sus paranoicos y sobreprotectores padres la llevaran al hospital, allí le harían exámenes y el pequeño que aun era un feto quedaría al descubierto y sus padres la querrían obligar a abortar.

Para su buena suerte la cena había pasado sin problemas, charlas de sus padres su tía, su hermano y su primo peleándose por la comida, su tía preguntándoles por sus estudios, lo normal en su familia. Una típica cena familiar de Domingo.

Ahora otro dilema: sus estudios, ¿Cómo haría con su embarazo y los estudios? No pensaba dejar la escuela, pero tampoco quería ir y soportar las burlas de sus compañeros. No habría problemas en los primeros meses hasta que su barriga comenzara a crecer, no sabía cómo podría ocultar eso, aunque primero debería hablar con sus padres y con el papá del bebé. Pensó sobre aquello hasta quedarse dormida, iría primero al hospital para hacerse un examen más seguro y luego pensaría en las cosas con mayor profundidad.

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Despertó temprano, como siempre, se levanto y fue a darse una ducha, al salir se miró a sí misma en el espejo aun no tenia barriga, su piel blanca ligeramente bronceada por el entrenamiento de voleibol que hacía con su equipo, su cabello negro algo largo pues no pasaba de su cintura, observo su propio rostro que para ella era muy normal o regular, no encontraba nada interesante ni particular aparte de aquellas pequeñas pecas en sus mejillas y nariz. Suspiro dejando de lado sus pensamientos y se decidió a ponerse su uniforme, bajo a desayunar junto a su familia comenzando su rutina de siempre.