Encuentros

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Aeropuerto Internacional John F. Kennedy, Queens, Nueva York, 11:30 Hrs


Lantis miró el reloj de pulso en su mano izquierda. Era la centésima ocasión. Su vuelo llevaba dos horas de retraso y el hecho comenzaba a irritarle más de la cuenta. Si no fuera porque tenía que estar forzosamente en su destino ya se hubiera regresado al apartamento para disfrutar del bello clima que engalanaba la ciudad. Miró una vez más, pero una ligera interrupción hizo que el joven levantara el rostro y se encontrara con aquellos ojos rubí­ que esperaban ansiosamente una respuesta.


Lucy estaba atrasada. Lo habí­a confirmado la última ocasión que alcanzó a ver la pantalla de su celular antes de que este decidiera morir. El problema era que no sabía ya cuánto. Por lo que había ido directamente hacia la única persona que mostraba un reloj, para preguntarle por la hora. Sin embargo, el apuesto caballero, como al fin lo descubrió, le miraba directamente sin siquiera pronunciar media palabra.


El joven de la melena azabache se había perdido en esa mirada tan radiante y llena de vida, que no supo descifrar la respuesta que la mujer en cuestión anhelaba tan fervientemente. Por lo que decidió confirmar la pregunta...


-¿Disculpe? - dijo, en un tono más para sí­ que para ella


Lucy entonces comprendió que su voz apenas fue audible. Habí­a corrido desde que se bajó del taxi, atravesando medio aeropuerto por lo que su voz reflejó el cansancio de dicha tarea. Un pequeño rubor se asomó antes de reafirmar lo antes dicho - ¿me puede decir la hora, por favor?- para ese entonces el brillo violeta que emanaba de los ojos de aquel apuesto caballero ya le habí­an producido un remolino de emociones. Todas ella indescriptibles a excepción de una. Eso era, ¿hambre?


Grrr... Grrr


El sonido fue tan audible que el rostro del joven bajó lentamente y posó los maravillosos violetas que anteriormente la habí­an flechado en la parte del cuerpo que generó tan horrible gruñido. Lucy se sintió morir. Apunto estaba de emprender la huida cuando escuchó el más bello sonido de cuerdas vocales...


-Son cuarto para las doce-


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Cuarto para las doceWhere stories live. Discover now