—¿Propuesta?
Vidal asintió—. Hace poco mi secretaria renunció, y no tengo tiempo para buscar alguien que supla su puesto —espero que no esté pensando lo que creo que está pensando—. He decidido que tu serás su reemplazo.
He permaneció en silencio por algunos instantes antes de comprender las palabras que acaba de pronunciar—. ¡¿QUÉ?! —creo que Vidal ha perdido completamente la cabeza, no puedo creerle en lo más mínimo—. ¿Por qué yo?
—Será acaso por qué; estás desempleado, no tienes a donde ir, no tienes dinero... —la lista siguió y siguió, realmente odio cuando se pone en plan sabiondo, este tipo es de la clase de personas a las cuales decirles "NO" es imposible. Resignado solté un suspiro derrotado.
—¿Cuándo empiezo? —prefiero aceptar antes de que diga más cosas sobre mí.
—Mañana a primera hora —habiendo dicho eso y con una sonrisa triunfante dibujada en su perfecto rostro abandonó la habitación dejándome totalmente exhausto, me gustaría sentirme contento por tener un trabajo, pero me inquieta la idea de estar todo el tiempo junto a Vidal, es mi amigo de la infancia, pero al mismo tiempo no lo conozco del todo bien, hay momentos en los cuales me cuesta saber que le cruza por la cabeza, además está este pequeño "asunto" que debo mantener en secreto a toda costa.
Al llegar la mañana en el perchero de la puerta encontré un traje, seguramente mi uniforme, tras darme un baño bajé a la cocina poniéndome a preparar el desayuno. Vidal bajo luego de algunos momentos con el cabello perfectamente peinado hacia tras, su traje majestuosamente planchado y oliendo a una colonia seguramente cara.
—Bu–buenos días —saludé torpemente, rayos, es la primera vez en mi vida que lo veo tan arreglado, cuando íbamos al colegio siempre vestía como delincuente, hasta llego a tener el cabello un poco por debajo de los hombros.
—Veo que te ha quedado bien el traje.
—Si.
El desayuno transcurrió tranquilamente, luego de haber terminado y limpiado todo nos fuimos hacia un complejo de estacionamientos cuya edificación era constituida por 10 pisos, al subir al último sitio de aparcamiento nos dirigimos al fondo donde se hallaba un Lamborghini gris, tras un viaje largo llegamos hasta otro lote de estacionamientos ubicado bajo lo que era un enorme edificio, desde el primer momento en que atravesé la puerta hacia el interior del lugar una ráfaga intensa me atravesó, jamás había ingresado a un sitio con un aura tan tranquila pero a la vez tensa.
—¿Señor Vidal quien es el joven que lo acompaña? —preguntó una joven tras haberle dado una sonrisa coqueta y un saludo excesivamente formal.
—Es mi nuevo secretario —respondió dirigiéndose hacia un elevador.
Me siento tan nervioso, que puedo sentir como me sudan las manos, espero que este trabajo no vaya resultar tan pesado, o podría afectar al pequeño en mi vientre, al llegar al último piso Vidal me condujo hasta un escritorio ubicado antes de unas puertas las cuales claramente conducían a su oficina.
—Esta será tu zona de trabajo —me indico colocando algunas carpetas y hojas sobre la mesa—. Quiero que captures estos datos, envíes estas respuestas a los destinatarios que te he dejado indicados y reorganices mi agenda como te he dejado anotado —escuchando todo lo que debería hacer en un lapso de 3 horas no pude evitar quedarme confundido cuando Vidal ingresó en su oficina dejándome con pilas de hojas. He tardado lo mío en reaccionar y ponerme a trabajar, más me vale hacer todo o me puedo ir despidiendo de mi benefactor, ánimo, sé que podré hacer esto.
El tiempo pasó sin darme cuenta, me centre tanto en todas las hojas sobre mi escritorio que ni me percate del tiempo, mi mente volvió de letralandia cuando vi a Vidal salir de su oficina—. ¿Has terminado lo que te pedí? —de una u otra forma logre realizar cada una de las cosas que me pidió Vidal, aunque una cosa es que las haya hecho y otra muy distinta es que me salieran bien. Nerviosamente le he dejado ver mi trabajo.
—Quien diría que un novato podría hacer un trabajo tan perfecto —¿Eso ha sido un elogio? Porque si lo fue, corran, el apocalipsis ha llegado, Vidal en toda su perfección no suele hacer cumplidos a menos que las cosas se realicen según las indique—. Ya solo captura estos datos y podrás irte a comer.
—¿Y tú?
—Tengo una reunión con algunos miembros de la corporación, de dejare algunos documentos luego para que los revises. Ya avisé a los cocineros así que no te preocupes y come tranquilo.
Vidal realmente es alguien increíble, hablando con algunos empleados me entere que cuando él heredó las compañías literalmente puso todos patas arriba, aumentó los sueldos, jubiló a las personas más veteranas, contrato mujeres, abrió una guardería para que quienes tuvieran hijos los dejarán a buen cuidado, reajusto los días de descanso, mandó cambiar las computadoras de todo el lugar y acomodo a todo el personal de forma que quienes poseyeran más experiencia ayudarán a quienes lo necesitaran, todos los cambios en un lapso de 3 años mostraron sus frutos, volviéndolo el dueño de una de las compañías más importantes del país y aun así seguía sigue siendo alguien con un comportamiento sencillo fuera de su zona de trabajo, realmente ello es digno de admiración.
**************************
Hasta aquí llega el cap, espero les haya gustado
No olviden votar o comentar
Nos escribimos y nos leemos en el próximo capítulo
¡SAYONARA!
ESTÁS LEYENDO
No me dejes solo (YAOI-MPREG)
RomanceYo mismo me gane esto, no creía que fuera posible esto, pero sucedió, no sé cómo, no sé cuándo, ni por que, simplemente termine embarazado de un idiota, pero más idiota fui yo al caer en su juego, ahora dentro de mí una nueva vida ha comenzado a for...