Hace diez años...
- Hola, un gusto, soy Lexa Woods...y tu eres?
-... Clarke...Clarke Griffin...
Actualidad
- Maldito...-gruñó Lexa a su despertador, el cual ahora yacía en el suelo, su garganta quemaba y la cabeza le dolía y sus ojos picaban. - malditos papeles del divorcio...-volvió a maldecir.
Si el día de ayer se había sentido miserable, ahora se sentía más allá de eso...no sabía como llamarle a ello, pero estaba muy segura de que, cerca del infierno si que estaba.
Como pudo se puso en pie y realizo su rutina matutina, por fortuna hoy no tenía llamado al set, pero tenía una misión que cumplir, y eso implicaba que debía estar más que presentable para llevarla a cabo.
A las 10:00 am ya se encontraba comprando el ramo de flores que tanto amaba Clarke, a las 10:30 am ya había adquirido el café y el pastelito preferido de la rubia, para las 11:00 am ya tenía la mesa reservada para su almuerzo, comida y cena...porque más vale estar preparada. A las 11:30 am su hermoso mustang se estacionaba en el reservado de la revista.
Tomando en mano, el café, el pastel y las flores Lexa subio al ascensor, en cada piso bajaba y subía personal del lugar, que por supuesto no dejaban pasar la oportunidad para saludarle. Lexa les saludo a todos de forma amable, pero sin dejar de ver el marcador en el ascensor, esperando pacientemente a que marcara el final de su ascenso, cuando lo hizo, su pulso se aceleró, y su garganta se secó, si su andar por el largo pasillo no era inestable, era un milagro que no se notara, porque sentía que sus piernas eran gelatina.
Lexa observó los privados que sabía pertenecían a Raven y Octavia, esperando encontrar a alguna de ellas, pero no había señales de ellas. Exhalando el poco aire que había en sus pulmones, se acercó a las puertas dobles de la oficina de su esposa y estas se abrieron automáticamente, mostrando a las dos morenas y su rubia.
Cuando Raven y Octavia vieron a Lexa entrar cargando con ella un montón de las cosas preferidas de Clarke, sabían que era el momento para huir. Y así lo hicieron.
- Bueno Clarke, nos vemos después...-dijo Octavia.- hola Lexa-saludo a la ojiverde y salió. Justo detrás fue Raven - No se maten aquí por favor!- grito la latina, corriendo tras Octavia.
Lexa les miro con una sonrisa. - adiós chicas...- después miró a Clarke, que para su mala suerte, siquiera le miraba.
Con o sin miedo, se acercó a su mujer con una sonrisa, depósito las cosas en su escritorio y sin siquiera dudarlo, tomo asiento en frente de este.
- Traje tus favoritos, anda, come antes de que se enfríe.- dijo solicita.
Entonces Clarke dejo de garabatear en las páginas en sus manos, y le miró con los ojos gélidos. Primero a Lexa y después a los objetos en su escritorio.
- No era lo que estaba esperando que me trajeras, donde están los papeles del divorcio? - inquirió Clarke mostrando una actitud despreocupada, que obviamente no sentía.
- Pues, no los vas a recibir...lo siento. - afirmó frunció el ceño.
- Porque?- inquirió con los brazos cruzados.
- Por que, los he tirado en la chimenea y se han calcinado...accidentalmente- respondió Lexa totalmente convencida. Clarke resopló.
- No importa, llamare a mi abogado para que te lo haga llegar otra vez.- Clarke levantó el auricular, para realizar la llamada, pero Lexa le corto la misma. Clarke gruñó colgando el aparato.- Te importa? Tengo una llamada que hacer
